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jueves, julio 18, 2024
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    Ezequiel 8 - Nueva Biblia Española (1975)

    Visión de las abominaciones en Jerusalén

    1. El año sexto, el día cinco del mes sexto, estando yo sentado en mi casa y los concejales de Judá sentados frente a mí, bajó sobre mí la mano del Señor.

    2. Vi una figura que parecía un hombre: de lo que parecía la cintura para abajo, fuego; de la cintura para arriba, como un resplandor, un brillo como de electro.

    3. Alargando una forma de mano, me agarró por la melena; el espíritu me levantó en vilo y me llevó en éxtasis entre el cielo y la tierra a Jerusalén, junto a la puerta septentrional del atrio interior (donde estaba la estatua rival).

    4. Allí estaba la gloria del Dios de Israel, como la había contemplado en la llanura.

    5. Me dijo: Hijo de Adán, dirige la vista hacia el norte. Dirigí la vista hacia el norte, y vi. al norte de la puerta del altar la estatua rival (la que está a la entrada).

    6. Añadió: Hijo de Adán, ¿no ves lo que están haciendo? Graves abominaciones comete aquí la casa de Israel para que me aleje de mi santuario. Pero aún verás abominaciones mayores.

    7. Después me llevó a la puerta del atrio y vi. una grieta en el muro.

    8. Me dijo: Hijo de Adán, abre un boquete en el muro. Abrí un boquete en el muro y vi. una puerta.

    9. Añadió: Entra y mira las atroces abominaciones que están cometiendo ahí.

    10. Entré, y vi. grabados en las cuatro paredes toda clase de reptiles y bichos inmundos, todos los ídolos de la casa de Israel.

    11. Frente a ellos, setenta senadores de la casa de Israel estaban en pie, incensario en mano. (Jazanías, hijo de Safan, entre ellos). Una nube de incienso se elevaba.

    12. Me dijo: ¿No ves, hijo de Adán, lo que están haciendo los senadores de la casa de Israel a oscuras, en los camarines de sus imágenes? Porque piensan: El Señor no nos ve, el Señor ha abandonado el país.

    13. Y añadió: Aún los verás hacer abominaciones mayores.

    14. Después me llevó junto a la puerta septentrional de la casa del Señor; allí estaban unas mujeres sentadas en el suelo, llorando a Tamuz.

    15. Me dijo: ¿No ves, hijo de Adán? Aún verás abominaciones mayores que éstas.

    16. Después me llevó al atrio interior de la casa del Señor. A la entrada del templo del Señor, entre el atrio y el altar, había unos veinticinco hombres, de espaldas al templo y mirando hacia el oriente: estaban adorando al sol.

    17. Me dijo: ¿No ves, hijo de Adán? ¡Le parecen poco a la casa de Judá las abominaciones que aquí cometen, y colman el país de violencias, indignándome más y más. ¡Ahí los tienes despachando esbirros para enfurecerme!

    18. Pues también yo actuaré con cólera, no me apiadaré ni perdonaré; me invocarán a voz en grito, pero no los escucharé.