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    Hageo 2 - Nueva Biblia Española (1975)

    La gloria del nuevo templo

    1. El año segundo del reinado de Darío, el veintiuno del mes séptimo, el Señor dirigió la palabra por medio del profeta Ageo:

    2. Di a Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judea, y a Josué, hijo de Yosadac, sumo sacerdote, y al resto del pueblo:

    3. ¿Queda alguien entre ustedes que haya visto este templo en su esplendor primitivo?, ¿cómo lo encuentran ahora?, ¿no les parece que no existe?

    4. Pues ánimo, Zorobabel -oráculo del Señor- ; ánimo, Josué, hijo de Yosadac, sumo sacerdote; ánimo, pueblo entero -oráculo del Señor- ; ¡a la obra!, que yo estoy con ustedes -oráculo del Señor- de los ejércitos-.

    5. El compromiso con ustedes cuando salieron de Egipto y mi espíritu sigue entre ustedes; no teman.

    6. Y así dice el Señor de los ejércitos: Dentro de muy poco yo agitaré cielo y tierra, mares y continentes;

    7. haré temblar a todas las naciones, y vendrán las riquezas de todos los pueblos, y llenaré este templo de gloria -dice el Señor de los ejércitos-.

    8. Mía es la plata, mío es el oro -oráculo del Señor- de los ejércitos-.

    9. La gloria de este segundo templo será mayor que la del primero -dice el Señor de los ejércitos-. En este sitio daré la paz -oráculo del Señor- de los ejércitos-.

    La infidelidad del pueblo es reprendida

    10. El segundo año de Darío, el veinticuatro del mes noveno, recibió el profeta Ageo esta palabra del Señor:

    11. Así dice el Señor de los ejércitos: Consulta a los sacerdotes el caso siguiente:

    12. Si uno toca carne consagrada con la orla del vestido y toca con ella pan o caldo o vino o aceite o cualquier alimento, ¿quedan consagrados? Los sacerdotes respondieron que no.

    13. Ageo añadió: Y si cualquiera de esas cosas toca un cadáver, ¿queda contaminada? Los sacerdotes respondieron que sí.

    14. Y Ageo replicó: Pues lo mismo le pasa a este pueblo y nación respecto a mí: todas las obras que me ofrecen están contaminadas.

    15. Ahora bien, fíjense en el tiempo antes de construir el templo:

    16. ¿cómo les iba? El montón que calculaban pesar veinte pesaba diez; calculaban sacar cincuenta cubos del lagar y sacaban veinte.

    17. Hería con tizón y neguilla y granizo sus labores, y no se volvían a mí -oráculo del Señor- .

    18. Ahora, mirando hacia atrás, fíjense en el día veinticuatro del mes noveno, cuando se echaron los cimientos del templo del Señor:

    19. ¿Quedaba grano en el granero? Viñas, higueras, granados y olivos no producían. A partir de ese día los bendigo.

    Promesa de Jehová a Zorobabel

    20. El veinticuatro del mismo mes el Señor dirigió la palabra a Ageo:

    21. Di a Zorobabel, gobernador de Judea: haré temblar cielo y tierra,

    22. volcaré los tronos reales, destruiré el poder de los reinos paganos, volcaré carros y aurigas, caballos y jinetes morirán a manos de sus camaradas.

    23. Aquel día -oráculo del Señor- de los ejércitos- te tomaré, Zorobabel, hijo de Sealtiel, siervo mío -oráculo del Señor- ; te haré mi sello, porque te he elegido -oráculo del Señor- de los ejércitos-.