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miércoles, julio 17, 2024
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    Hebreos 2 - Nueva Biblia Española (1975)

    Una salvación tan grande

    1. Por esa razón, para no ir a la deriva, tenemos que prestar más atención a lo aprendido.

    2. Pues si la Ley dictada por ángeles tuvo validez, y toda transgresión y desobediencia fue justamente castigada,

    3. ¿cómo escaparemos nosotros si desestimamos una salvación tan excepcional? Una que fue anunciada al principio por el Señor y que nos han confirmado los que la oyeron,

    4. mientras Dios añadía su testimonio con portentosas señales, con varios milagros y distribuyendo dones del Espíritu Santo según su voluntad.

    El autor de la salvación

    5. Porque no fue a los ángeles a quienes Dios sometió el mundo futuro de que hablamos.

    6. Alguien lo atestiguó en alguna parte diciendo: "¿Quién es .el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para que mires por él?

    7. Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad;

    8. todo lo sometiste bajo sus pies”. Claro que, al sometérselo todo, nada dejó de someterle. Ahora es verdad, no vemos todavía el universo entero sometido al hombre;

    9. pero vemos ya al que Dios hizo un poco inferior a los ángeles, a Jesús, que, por haber sufrido la muerte, está coronado de gloria y dignidad; así, por la gracia de Dios, la muerte que él experimentó redunda en favor de todos.

    10. De hecho convenía que Dios, fin del universo y creador de todo, proponiéndose conducir muchos hijos a la gloria, al pionero de su salvación lo consumara por el sufrimiento,

    11. pues el consagrante y los consagrados son todos del mismo linaje. Por esta razón no tiene él inconveniente en llamarlos hermanos,

    12. cuando dice: "Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré" , y en otro lugar:

    13. "En él pondré yo mi confianza', y también: "Aquí estoy yo con los míos, los que Dios me ha dado”.

    14. Por eso, como los suyos tienen todos la misma carne y sangre, también él asumió una como la de ellos, para con su muerte reducir a la impotencia al que tenía dominio sobre la muerte, es decir, al diablo,

    15. y liberar a todos los que por miedo a la muerte pasaban la vida entera como esclavos.

    16. Porque no es a los ángeles, está claro, a los que él tiende la mano, sino a los hijos de Abrahárí

    17. Por eso tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser sumo sacerdote compasivo y fidedigno en lo que toca a Dios y expiar así los pecados del pueblo.

    18. Pues, por haber pasado él la prueba del dolor, puede auxiliar a los que ahora la están pasando.