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sábado, julio 20, 2024
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    Isaías 40 - Nueva Biblia Española (1975)

    Jehová consuela a Sion

    1. Consuelen, consuelen a mi pueblo, dice su Dios:

    2. hablen al corazón de Jerusalén, grítenle que se ha cumplido su servicio y está pagado su crimen, pues de la mano del Señor ha recibido doble castigo por sus pecados.

    3. Una voz grita: En el desierto preparen un camino al Señor; allanen en la estepa una calzada para nuestro Dios;

    4. que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se nivele;

    5. y se revelará la gloria del Señor y la verán todos los hombres juntos -ha hablado la boca del Señor-.

    6. Dice una voz: Grita. Respondo: ¿Qué debo gritar? Toda carne es hierba y su belleza como flor campestre:

    7. se agosta la hierba, se marchita la flor, cuando el aliento del Señor sopla sobre ellos";

    8. se agosta la hierba, se marchita la flor, pero la palabra de nuestro Dios se cumple siempre.

    9. Súbete a un monte elevado, heraldo de Sión; alza fuerte la voz, heraldo de Jerusalén; álzala, no temas, di a las ciudades de Judá: "Aquí está su Dios".

    10. "Miren, el Señor Dios llega con poder, y su brazo manda. Miren, viene con él su salario, y su recompensa lo precede.

    11. Como un pastor que apacienta el rebaño, su brazo lo reúne, toma en brazos los corderos y hace recostar a las madres.

    El incomparable Dios de Israel

    12. ¿Quién ha medido a puñados el mar, o mensurado a palmos el cielo, o a cuartillos el polvo de la tierra? ¿Quién ha pesado en la balanza los montes y en la báscula las colinas?

    13. ¿Quién ha medido el espíritu del Señor? ¿Quién le ha sugerido su proyecto?

    14. ¿Con quién se aconsejó para entenderlo, para que le enseñara el camino exacto?, ¿para que le enseñara el saber y le sugiriera el método inteligente?

    15. Miren, las naciones son gotas de un cubo y valen lo que el polvillo de balanza. Miren, las islas pesan lo que un grano,

    16. el Líbano no basta para leña, sus fieras no bastan para el holocausto.

    17. Frente a él, las naciones todas son como si no existieran, para él no cuentan absolutamente nada.

    18. ¿Con quién compararán a Dios, qué imagen van a contraponerle?

    19. ¿La estatua que funde el escultor y el orfebre recubre de oro y le suelda cadenas de plata?

    20. El modesto en la oferta escoge una madera incorruptible, se busca un hábil escultor que le haga una estatua que no se mueva.

    21. ¿No saben, no lo han oído, no se lo han anunciado de antemano; no lo han comprendido desde la fundación del mundo?

    22. El que se sienta sobre el círculo de la tierra -sus habitantes parecen saltamontes-; el que tendió como toldo el cielo y lo desplegó como tienda que se habita;

    23. el que reduce a nada a los príncipes y convierte a los gobernantes en nulidad:

    24. apenas plantados, apenas sembrados, apenas arraigan sus brotes en tierra, sopla sobre ellos y se agostan, y el vendaval los arrebata como tamo.

    25. ¿A quién pueden compararme, que me asemeje? -dice el Santo-.

    26. Alcen los ojos a lo alto y miren: ¿Quién creó aquello? El que cuenta y despliega su ejército ya cada uno lo llama por su nombre: tan grande es su poder, tan robusta su fuerza, que no falta ninguno.

    27. ¿Por qué andas hablando, Jacob, y diciendo, Israel: "Mi suerte está oculta al Señor, mi Dios ignora mi causa"?

    28. ¿Acaso no lo sabes, es que no lo has oído? El Señor es un Dios eterno y creó los confines del orbe. No se cansa, no se fatiga, es insondable su inteligencia.

    29. El da fuerza al cansado, acrecienta el vigor del inválido;

    30. aun los muchachos se cansan, se fatigan, los jóvenes tropiezan y vacilan;

    31. pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, echan alas como las águilas, corren sin cansarse, marchan sin fatigarse.