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viernes, julio 19, 2024
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    Jeremías 19 - Nueva Biblia Española (1975)

    La señal de la vasija rota

    1. El Señor me dijo: Vete a comprar una jarra de loza; acompañado de algunos concejales y sacerdotes,

    2. sal hacia el valle de Ben Hinón, adonde da la Puerta de los Cascotes, y proclama allí lo que yo te diré

    3. Di: Escuchen la palabra del Señor, reyes de Judá y vecinos de Jerusalén: Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Yo haré venir sobre este lugar una catástrofe que a quien la oiga le zumbarán los oídos;

    4. porque me abandonaron, extrañaron este lugar sacrificando en él a dioses extranjeros, que ni ellos ni sus padres conocían, y los reyes de Judá lo llenaron de sangre inocente.

    5. Construyeron ermitas a Baal donde quemaban a sus hijos como holocaustos en honor de Baal; cosa que no les mandé, ni les dije, ni se me pasó por la cabeza.

    6. Por eso llegarán días -oráculo del Señor- en que este lugar ya no se llamará El Horno ni Valle de Ben Hinón, sino Valle de las Animas.

    7. Haré fracasar en él los planes de Judá y Jerusalén, los derribaré a espada ante el enemigo, por mano de los que los buscan para matarlos, daré sus cadáveres en pasto a las aves del cielo y a las bestias de la tierra.

    8. Haré de esta ciudad espanto y burla: los que pasen junto a ella se espantarán y silbarán a la vista de tantas heridas.

    9. Haré que se coman a sus hijos e hijas, que se coman unos a otros, cuando les aprieten y estrechen el cerco sus enemigos mortales

    10. Rompe la jarra en presencia de tus acompañantes,

    11. y diles: Así dice el Señor de los ejércitos: Del mismo modo romperé yo a este pueblo y a esta ciudad; como se rompe un objeto de loza y no se puede recomponer". Y enterrarán en El Horno, por falta de sitio.

    12. Así trataré a este lugar y a sus habitantes, haré de esta ciudad un horno -oráculo del Señor- ,

    13. las casas de Jerusalén y los palacios reales de Judá serán inmundos como el sitio de El Horno; las casas en cuyas azoteas ofrecían sacrificios a los astros del cielo, y libaban a dioses extranjeros". 20

    14. Jeremías volvió de la puerta adonde lo había mandado el Señor a profetizar, se plantó en el atrio del templo y dijo a todo el pueblo:

    15. Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Yo haré venir sobre esta ciudad y su comarca todos los males con que la he amenazado, porque se pusieron tercos y no escucharon mis palabras.