33 C
Miami
viernes, julio 19, 2024
Más


    Jeremías 26 - Nueva Biblia Española (1975)

    Jeremías es amenazado de muerte

    1. Al comienzo del reinado de Joaquín, hijo de Josías, rey de Judá, el Señor dirigió la palabra a Jeremías:

    2. Así dice el Señor: Ponte en el atrio del templo y di a todos los vecinos de los pueblos de Judá que vienen al templo a adorar al Señor todo lo que yo te mando decir; no dejes ni una palabra.

    3. A ver si se convierte cada uno de su mala conducta y yo puedo arrepentirme del castigo que preparo contra ellos por sus malas acciones.

    4. Les dirás: Así dice el Señor: Si no me obedecen, siguiendo la Ley que yo les promulgué,

    5. y escuchando lo que les dicen mis siervos los profetas, que yo les envío sin cesar, aunque ustedes no escuchan,

    6. yo trataré a este templo como al de Silo, y esta ciudad será fórmula de maldición para todas las naciones.

    7. Los sacerdotes, los profetas y toda la gente oyeron a Jeremías pronunciar este discurso en el templo;

    8. y cuando terminó de decir todo lo que el Señor le había mandado decir al pueblo, lo prendieron los sacerdotes, los profetas y la gente, diciéndole: Eres reo de muerte.

    9. ¿Por qué profetizas en nombre del Señor diciendo que este templo será como el de Silo y esta ciudad quedará en ruinas y deshabitada? La gente se amotinó contra Jeremías en el templo.

    10. Se enteraron de todo los dignatarios de Judá y, subiendo del palacio real al templo, se sentaron en el tribunal de la Puerta Nueva.

    11. Los sacerdotes y los profetas dijeron a los dignatarios y a la gente: Este hombre merece la muerte por haber profetizado contra esta ciudad; ustedes mismos lo han oído.

    12. Contestó Jeremías a los dignatarios y al pueblo: El Señor me envió a profetizar todo lo que han oído contra este templo y esta ciudad.

    13. Y ahora enmienden su conducta y sus acciones, obedezcan al Señor, su Dios, y el Señor se arrepentirá de las amenazas que ha proferido contra ustedes.

    14. Yo estoy en sus manos: hagan de mí lo que mejor les parezca.

    15. Pero que conste: si ustedes me matan, se cargan con sangre inocente ustedes y la ciudad y sus vecinos. Porque ciertamente me ha enviado el Señor a ustedes, a predicarles todo lo que he dicho.

    16. Los dignatarios y toda la gente dijeron a los sacerdotes y profetas: Este hombre no merece la muerte, pues nos ha hablado en nombre del Señor, nuestro Dios.

    17. Entonces se levantaron algunos diputados y dijeron a toda la asamblea del pueblo:

    18. Miqueas de Moraste profetizó durante el reinado de Ezequías, rey de Judá, y dijo a los judíos: Así dice el Señor de los ejércitos: "Sión será un campo arado, Jerusalén será una ruina, el monte del templo un cerro de breñas"

    19. ¿Le dieron muerte Ezequías, rey de Judá, y todo el pueblo? ¿No respetaron al Señor y lo calmaron y el Señor se arrepintió de la amenaza que había proferido contra ellos? Nosotros, en cambio, estamos a punto de cargarnos con un crimen enorme.

    20. Hubo otro profeta que profetizó en nombre del Señor: Urías, hijo de Semayas, natural de Villasotos. Profetizó contra esta ciudad y este país lo mismo que Jeremías.

    21. El rey Joaquín, con sus guardias y dignatarios, lo oyeron, y el rey intentó matarlo; pero Urías se enteró y, atemorizado, huyó a Egipto.

    22. Entonces el rey Joaquín despachó a Egipto a Elnatán, hijo de Achor con su destacamento.

    23. Sacaron a Urías de Egipto y se lo llevaron al rey Joaquín, el cual lo hizo ajusticiar y arrojar su cadáver en la sepultura común.

    24. Entonces Ajicán, hijo de Safan, se hizo cargo de Jeremías para que no lo entregaran a ser ejecutado por el pueblo.