Job 19 - Nueva Biblia Española (1975)Job confía en que Dios lo justificará1. Respondió Job: 2. ¿Hasta cuándo seguirán afligiéndome y aplastándome con palabras? 3. Ya van diez veces que me sonrojan y me ultrajan sin reparo. 4. Si es que he cometido un yerro, con ese yerro me quedo yo: 5. o ¿es que quieren cantar victoria echándome en cara mi afrenta? 6. Pues sepan que es Dios quien me ha trastornado envolviéndome en sus redes. 7. Grito "violencia", y nadie me responde; pido socorro, y no me defienden; 8. él me ha cerrado el camino, y no tengo salida; ha llenado de tinieblas mi sendero, 9. me ha despojado de mi honor y me ha quitado la corona de la cabeza; 10. ha demolido mis muros y tengo que marcharme, ha descuajado mi esperanza como un árbol; 11. excita su ira contra mí, me considera su enemigo. 12. Llegan en masa sus escuadrones, apisonan caminos de acceso y acampan cercando mi tienda. 13. Mis hermanos se alejan de mí, mis parientes me tratan como a un extraño, 14. me abandonan vecinos y conocidos y me olvidan los huéspedes de mi casa; 15. mis esclavas me tienen por un extraño, les resulto un desconocido; 16. llamo a mi esclavo, y no me responde, y hasta tengo que rogarle. 17. A mi mujer le repugna mi aliento, y mi hedor a mis propios hijos; 18. aun los niños me desprecian, y me insultan si intento levantarme; 19. mis íntimos me aborrecen, los más amigos se vuelven contra mí. 20. Se me pegan los huesos a la piel, he escapado por un pele. 21. ¡Piedad, piedad de mí, amigos míos, que me ha herido la mano de Dios! 22. ¿Por qué me persiguen como Dios y no se hartan de escarnecerme? 23. ¡Ojalá se escribieran mis palabras, ojalá se grabaran en cobre, 24. con cincel de hierro y en plomo se escribieran para siempre en la roca! 25. "Yo sé que está vivo mi Vengador y que al final se alzará sobre el polvo: 26. después que me arranquen la piel, ya sin carne, veré a Dios; 27. yo mismo lo veré, y no otro, mis propios ojos lo verán". ¡El corazón se me deshace en el pecho!'. 28. Y si dicen: "¿Cómo lo perseguiremos, cómo hallaremos de qué acusarlo?"'. 29. Teman la espada, porque la ira castiga las culpas, y sabrán que hay quien juzga. |