Lucas 10 - Nueva Biblia Española (1975)Misión de los setenta1. Algún tiempo después designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. 2. Y les dijo: La cosecha es abundante y los trabajadores pocos; por eso, rueguen al dueño que mande trabajadores a su cosecha. 3. ¡En marcha! Miren que los mando como corderos entre lobos. 4. No lleven bolsa, ni morral, ni sandalias; y no se paren a saludar a nadie por el camino. 5. Cuando entren en una casa, lo primero saluden: "Paz a esta casa"; 6. si hay allí gente de paz, la paz que les desean descenderá sobre ellos; si no, volverá a ustedes. 7. Quédense en esa casa, coman y beban de lo que tengan, que el obrero merece su salario. No anden cambiando de casa. 8. Si entran en un pueblo y los reciben bien, coman de lo que les pongan, 9. curen a los enfermos que haya, y digan: "Ya les llega el reinado de Dios". 10. Cuando entren en un pueblo y no los reciban, salgan a las calles y digan: 11. Hasta el polvo de este pueblo que se nos ha pegado a los pies nos lo limpiamos, ¡para ustedes! De todos modos, sepan que ya llega el reinado de Dios". 12. Les digo que el día aquél le será más soportable a Sodoma que a ese pueblo. Ayes sobre las ciudades impenitentes13. ¡Ay de ti, Corazín; ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros realizados en ti, hace tiempo que habrían hecho penitencia cubiertas de sacos y sentadas en ceniza. 14. Por eso el juicio les será más soportable a Tiro y a Sidón que a las dos. 15. Y tú, Cafarnaún, ¿piensas encumbrarte hasta el cielo? Bajarás al abismo". 16. Quien los escucha a ustedes, me escucha a mí; quien los rechaza a ustedes, me rechaza a mí; y quien me rechaza a mi, rechaza al que me ha enviado. Regreso de los setenta17. Los setenta y dos volvieron muy contentos y le dijeron: Señor, hasta los demonios se nos someten por tu nombre, 18. El les contestó: iYa veía yo que caería Satanás de lo alto como un rayo! 19. Miren: Les he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y sobre todo el ejército del enemigo: y nada podrá hacerles daño. 20. Sin embargo, no sea su alegría que se les someten los espíritus; sea su alegría que sus nombres están escritos en el cielo. Jesús se regocija21. En aquel momento, con la alegría del Espíritu Santo, exclamó: Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra, porque si has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos, se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, bendito seas, por haberte parecido eso bien. 22. Mi Padre me lo ha enseñado todo; quién es el Hijo, lo sabe sólo el Padre: quién es el Padre, lo sabe sólo el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. 23. Y, volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: ¡Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven! 24. Porque les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ven ustedes y no lo vieron, y oír lo que oyen ustedes y no lo oyeron. El buen samaritano25. En esto se levantó un jurista y le preguntó para ponerlo a prueba: Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar vida eterna? 26. El le dijo: ¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo es eso que recitas? 27. El jurista contestó: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente. Y a tu prójimo como a ti mismo"'. 28. El le dijo: Bien contestado. Haz eso y tendrás la vida. 29. Pero el otro, queriendo justificarse, preguntó a Jesús: Y ¿quién es mi prójimo? 30. Jesús le contestó: Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y lo asaltaron unos bandidos; lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon dejándolo medio muerto. 31. Coincidió que bajaba un sacerdote por aquel camino; al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. 32. Lo mismo hizo un clérigo que llegó a aquel sitio; al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. 33. Pero un samaritano, que iba de viaje, llegó a donde estaba el hombre y, al verlo, le dio lástima; 34. se acercó a él y le vendó las heridas echándoles aceite y vino.; luego lo puso en su propia montura, lo llevó a una posada y lo cuidó. 35. Al día siguiente sacó cuarenta pesos y, dándoselos al dueño de la posada, le dijo: "Cuida de él, y lo que gastes de más te lo pagaré a la vuelta". 36. ¿Qué te parece? ¿Cuál de estos tres se hizo prójimo del que cayó en manos de los bandidos? "El letrado contestó: 37. El que tuvo compasión de él. Jesús le dijo: Pues anda, haz tú lo mismo. Jesús visita a Marta y a María38. Por el camino entró Jesús en un Pueblito, y una mujer de nombre Marta lo recibió en su casa. 39. Esta tenía una hermana llamada María, que se sentó a los pies del Señor para escuchar sus palabras. 40. Marta, en cambio, se distraía con el mucho trajín; hasta que se paró delante, y dijo: Señor, ¿no se te da nada de que mi hermana me deje trajinar sola? Dile que me eche una mano. 41. Pero el Señor le contestó: Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas: 42. sólo una es necesaria. Sí, María ha escogido la parte mejor, y ésa no se le quitará. |