Proverbios 24 - Nueva Biblia Española (1975)

1. No envidies a los malvados ni desees vivir con ellos,

2. porque su corazón medita violencias y sus labios hablan maldades.

3. Con la sensatez se construye una casa, con la prudencia se consolida,

4. con la experiencia se llenan sus estancias de bienes, riquezas y comodidades.

5. Más vale maña que fuerza, experiencia más que vigor.

6. Con estratagemas se gana la guerra, y la victoria, a fuerza de consejo.

7. La sensatez es demasiado para el necio: no abrirá la boca en público.

8. Al que medita maldades le llamarán intrigante;

9. el que trama locuras fracasa; el insolente es detestable a los hombres.

10. Has flaqueado en el peligro, te faltó el valor:

11. libra al que llevan a matar, no abandones al que está en peligro de muerte.

12. Porque digas: "No me doy cuenta", ¿no lo va a saber el que pesa los corazones? El que vigila tu vida lo sabe y paga al hombre sus acciones.

13. Hijo mío, come miel, que es buena; el panal es dulce al paladar:

14. lo mismo la sensatez y el saber para tu deseo; si los alcanzas tendrás un porvenir y tu esperanza no fracasará.

15. No pongas asechanzas a la casa del honrado ni destruyas su habitación,

16. pues aunque caiga siete veces el honrado se levantará, pero los malvados se hundirán en la desgracia.

17. Si cae tu enemigo, no te alegres; si tropieza, no lo celebres,

18. no sea que el Señor lo vea e irritado desvíe su ira contra ti.

19. No te exasperes por los malvados, no envidies a los que obran el mal;

20. porque el perverso no tiene porvenir, la lámpara del malvado se apagará.

21. Hijo mío, respeta al Señor y al rey; no provoques a ninguno de los dos,

22. porque de repente salta su castigo, y ¿quién conoce su furor?

23. No es bueno ser parcial al juzgar:

24. a quien declara inocente al culpable la gente lo maldice y todos se irritan contra él;

25. los que lo acusan son gratos, sobre ellos bajan las bendiciones.

26. La respuesta bien dada es beso en los labios.

27. Dispón tus asuntos en la calle y prepáratelos en el campo, después podrás poner casa.

28. No atestigües sin motivo contra tu prójimo, no engañes con los labios,

29. no digas: "Le haré lo que me hizo, me las ha de pagar".

30. Pasé por el campo de un perezoso, por la viña de un nombre sin juicio:

31. todo era espinas que crecían, los cardos cubrían su extensión, la cerca de piedras estaba derruida;

32. al verlo, reflexioné; al mirarlo, escarmenté.

33. Un rato duermes, un rato das cabezadas, un rato cruzas los brazos y descansas.

34. y te llega la pobreza del vagabundo, la indigencia del mendigo.