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miércoles, julio 17, 2024
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    1 Pedro 4 - Serafín de Ausejo 1975

    Buenos administradores de la gracia de Dios

    1. Si, pues, Cristo ha padecido en carne, armaos también vosotros de la misma idea, a saber, que el que ha padecido en la carne ha quedado desligado del pecado,

    2. para vivir el resto de sus días no según las pasiones humanas, sino según la voluntad de Dios.

    3. Ya basta con el tiempo que habéis dedicado a hacer la voluntad de los gentiles, viviendo en desenfrenos, pasiones, libertinajes, orgías, borracheras y abominables idolatrías.

    4. Por eso se extrañan de que no concurráis a ese desbordamiento de liviandad y os insultan.

    5. Ellos rendirán cuentas al que está preparado para juzgar a vivos y muertos.

    6. Porque se ha anunciado el evangelio aun a los muertos, precisamente para que, condenados en carne según hombres, vivan en espíritu según Dios.

    7. El final de todo está cerca. Sed, pues, sensatos y velad en la oración.

    8. Ante todo, tened amor sincero los unos a los otros, porque el amor disculpa todas las ofensas.

    9. Practicad la hospitalidad unos con otros, sin murmuración.

    10. Que cada uno ponga al servicio de los demás el don que recibió, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.

    11. El que predica, hágalo como quien profiere palabras de Dios; el que ejerce un ministerio, como quien tiene poder otorgado por Dios. Y así, en todas las cosas será Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenece la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.

    Padeciendo como cristianos

    12. Queridos hermanos, no os extrañéis del incendio que se ha producido entre vosotros para vuestra prueba, como si os hubiera sucedido algo extraño.

    13. Más bien, a medida que tomáis parte en los padecimientos de Cristo, alegraos, para que también en la revelación de su gloria exultéis de gozo.

    14. Dichosos vosotros si sois ultrajados por el nombre de Cristo, porque el espíritu de la gloria, el de Dios, descansa sobre vosotros.

    15. Que ninguno de vosotros tenga que sufrir por criminal o por ladrón o por malhechor o por entrometido.

    16. Pero, si es por cristiano, no se avergüence, sino dé gloria a Dios por este nombre.

    17. Porque es ya el tiempo de que comience el juicio por la casa de Dios. Y si empieza por nosotros, ¿cuál será el final de los que se rebelan contra el evangelio de Dios?

    18. Y si el justo a duras penas se salva, ¿dónde podrá presentarse el impío y pecador?

    19. Así, pues, que también los que sufren según la voluntad de Dios se pongan en manos del Creador fiel y practiquen el bien.