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viernes, julio 19, 2024
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    1 Samuel 24 - Serafín de Ausejo 1975

    David perdona la vida a Saúl en En-gadi

    1. David subió de allí y se asentó en los refugios de Engadí.

    2. Cuando Saúl volvió de perseguir a los filisteos, le avisaron: "Mira que David está en el desierto de Engadí".

    3. Saúl tomó entonces tres mil hombres escogidos de todo Israel y se fue en busca de David y de sus hombres hasta las Peñas de los Rebecos.

    4. Llegó a unos apriscos de ovejas que había junto al camino. Había allí una cueva en la que entró Saúl para satisfacer una necesidad. David y los suyos estaban sentados en el fondo de la cueva.

    5. Entonces los hombres de David dijeron: "Éste es el día que Yahveh te anunció cuando te dijo: "Yo entregaré a tu enemigo en tus manos, para que hagas de él lo que te plazca"". David se levantó y cortó calladamente la orla del manto de Saúl.

    6. Pero después se le aceleró el pulso del corazón a David por haber cortado la orla del manto de Saúl.

    7. Y dijo a sus hombres: "Líbreme Yahveh de hacerle semejante cosa a mi señor, el ungido de Yahveh, y de poner mi mano sobre él, porque es el ungido de Yahveh".

    8. Y con estas palabras contuvo a sus hombres y no les permitió que se arrojaran sobre Saúl. Saúl se levantó, salió de la cueva y siguió su camino.

    9. David se levantó a continuación, salió de la cueva y empezó a gritar tras de Saúl: "¡Mi señor, el rey!". Saúl volvió la vista atrás y David se inclinó rostro en tierra y se postró.

    10. Dijo entonces David a Saúl: "¿Por qué das oídos a las habladurías de la gente que te dice: "Mira que David busca hacerte mal"?".

    11. Hoy mismo han visto tus ojos que Yahveh te entregaba en mis manos en la cueva. Se me incitaba a matarte; pero sentí piedad de ti y me dije: "No extenderé yo mi mano contra mi señor, pues es el ungido de Yahveh".

    12. Mira, padre mío; mira en mi mano la orla de tu manto. Yo te la corté, pero no te maté. Reconoce y mira que no hay en mí maldad ni rebeldía. Yo no he pecado contra ti; no obstante, tú andas a la caza de mi vida para quitármela.

    13. Que Yahveh sea juez entre tú y yo, y que él me vengue de ti; pero mi mano nunca se alzará contra ti.

    14. Como dice el antiguo proverbio: "De los malos sale la maldad; pero mi mano nunca se alzará contra ti".

    15. ¿Tras de quién ha salido a la guerra el rey de Israel? ¿A quién persigues tú? ¡A un perro muerto, a una pulga!

    16. Que Yahveh sea juez y sentencie entre tú y yo. Que él examine y defienda mi causa, y que me haga justicia librándome de tu mano".

    17. Cuando terminó David de decir estas palabras a Saúl, Saúl exclamó: "¿Es tuya esta voz, hijo mío David?". Y Saúl levantó la voz, y rompió a llorar.

    18. Y dijo a David: "Tú eres más justo que yo, porque tú me has hecho bien mientras yo he procurado hacerte mal.

    19. Tú me has mostrado hoy que eres benévolo conmigo, ya que Yahveh me ha entregado en tus manos, pero tú no me has matado.

    20. Pues cuando uno encuentra a su enemigo, ¿le deja seguir su camino en paz? Que Yahveh te recompense por tu buena acción de hoy.

    21. Ahora veo claramente que tú has de reinar y que el reino de Israel se consolidará en tus manos.

    22. Pero júrame ahora por Yahveh que no destruirás mi descendencia después de mí y que no borrarás mi nombre de la casa de mi padre".