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miércoles, julio 17, 2024
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    1 Samuel 5 - Serafín de Ausejo 1975

    El arca en tierra de los filisteos

    1. Los filisteos capturaron el arca de Dios y la llevaron desde Eben Haézer a Asdod.

    2. Los filisteos tomaron el arca de Dios, la introdujeron en el templo de Dagón y la colocaron al lado de Dagón.

    3. Al día siguiente, se levantaron de madrugada los habitantes de Asdod y vieron que Dagón estaba caído por tierra, boca abajo, delante del arca de Yahveh. Levantaron a Dagón y lo pusieron de nuevo en su sitio.

    4. Al día siguiente, de mañana, cuando se levantaron, vieron que Dagón estaba de nuevo caído por tierra, boca abajo, delante del arca de Yahveh, y que la cabeza y palmas de las manos de Dagón estaban cortadas junto al umbral. Sólo le quedaba el tronco.

    5. Por eso ni los sacerdotes de Dagón ni ninguno de cuantos entran en el templo de Dagón pisan el umbral de Dagón, en Asdod, hasta el día de hoy.

    6. La mano de Yahveh cayó pesadamente sobre los habitantes de Asdod llenándolos de consternación, pues hirió con tumores a los de Asdod y su comarca.

    7. Cuando vio la gente de Asdod lo que les sucedía, dijeron: "Que no permanezca el arca del Dios de Israel con nosotros, porque su mano se ha mostrado dura con nosotros y con Dagón, nuestro Dios".

    8. Convocaron, pues, a todos los príncipes de los filisteos y les preguntaron: "¿Qué haremos con el arca del Dios de Israel?". Respondieron ellos: "Que el arca del Dios de Israel sea trasladada a Gat". Y trasladaron el arca del Dios de Israel.

    9. Pero apenas trasladada, la mano de Yahveh se dejó sentir sobre la ciudad provocando una gran conmoción: los habitantes de la ciudad, pequeños y grandes, fueron castigados con tumores.

    10. Entonces enviaron el arca de Dios a Ecrón. Pero, al entrar el arca de Dios en Ecrón, empezaron a gritar los habitantes de Ecrón, diciendo: "¡Nos traen aquí el arca del Dios de Israel para que nos mate, a nosotros y a nuestro pueblo!".

    11. Convocaron entonces a todos los príncipes de los filisteos y les dijeron: "Devolved el arca del Dios de Israel; que vuelva a su sitio, y no nos mate a nosotros y a nuestro pueblo". Había un pánico de muerte en toda la ciudad, pues la mano de Dios pesaba duramente sobre ella.

    12. Las personas que no morían eran heridas con tumores; el clamor de la ciudad subía hasta el cielo.