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    2 Crónicas 20 - Serafín de Ausejo 1975

    Victoria sobre Moab y Amón

    1. Después de esto, los moabitas, los amonitas y con ellos algunos meunitas fueron contra Josafat en son de guerra.

    2. Y unos mensajeros le anunciaron a Josafat: "Viene contra ti, del otro lado del mar de Edom, una gran muchedumbre, y ya están en Jasasón Tamar, o sea, Engadí".

    3. Josafat se atemorizó y decidió buscar a Yahveh, por lo que promulgó un ayuno para todo Judá.

    4. Se reunió, pues, Judá para implorar a Yahveh. Incluso de todas las ciudades de Judá vino gente en busca de Yahveh.

    5. Josafat, puesto en pie en medio de la asamblea de Judá y de Jerusalén, en el templo de Yahveh, delante del atrio nuevo,

    6. dijo: "Yahveh, Dios de nuestros padres, ¿no eres tú el Dios que está en el cielo y no dominas tú sobre todos los reinos de las naciones? ¿No están en tus manos la fuerza y el poder, sin que nadie pueda resistirte?

    7. ¿No fuiste tú, oh Dios nuestro, quien expulsaste a los moradores de esta tierra delante de tu pueblo Israel y se la entregaste a la descendencia de tu amigo Abrahán para siempre?

    8. Ellos la han habitado y han construido en ella un santuario a tu nombre, diciendo:

    9. "Si nos sobreviniere alguna calamidad -espada, castigo, peste o hambre-, nos presentaremos ante este templo, ante tu presencia -pues tu nombre está en este templo-, te invocaremos en nuestra aflicción y tú nos oirás y nos salvarás".

    10. Y ahora, he aquí que los amonitas, los moabitas y los de la montaña de Seír, por cuyas tierras no permitiste que pasara Israel cuando venía del país de Egipto, por lo que se apartó de ellos y no los exterminó,

    11. ahora nos lo pagan viniendo a expulsarnos de la heredad que nos diste en posesión.

    12. ¡Oh Dios nuestro! ¿No harás tú justicia contra ellos? Porque nosotros no tenemos fuerza frente a una muchedumbre tan grande como ésa que viene contra nosotros y no sabemos qué hacer. Pero hacia ti volvemos nuestros ojos".

    13. Todo Judá estaba en pie ante Yahveh con sus pequeñuelos, sus mujeres y sus hijos.

    14. Y súbitamente, en medio de la asamblea, el espíritu de Yahveh vino sobre Yajaziel, hijo de Zacarías, hijo de Benaías, hijo de Yeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf.

    15. Y éste les dijo: "¡Estad atentos todos los de Judá, y vosotros habitantes de Jerusalén, y tú rey Josafat! Esto os dice Yahveh: no temáis ni os amedrentéis ante esa gran muchedumbre, porque no es vuestro el combate, sino de Dios.

    16. Bajad mañana contra ellos, que subirán por la cuesta de Sis, y los encontraréis en el extremo del valle, frente al desierto de Yeruel.

    17. Ni siquiera tendréis que luchar en esta ocasión. Apostaos allí y quedaos quietos. Ya veréis que la salvación de Yahveh estará con vosotros. ¡Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni os amedrentéis! Salid mañana contra ellos y Yahveh estará con vosotros".

    18. Entonces Josafat se postró rostro en tierra, y todo Judá y los habitantes de Jerusalén se postraron también ante Yahveh para adorar a Yahveh.

    19. Y los levitas descendientes de Queat y de Coré comenzaron a alabar con voz potente a Yahveh, Dios de Israel.

    20. Al día siguiente, muy de mañana, salieron hacia el desierto de Técoa. Mientras iban saliendo, Josafat, puesto en pie, les dijo: "¡Escuchadme, Judá y habitantes de Jerusalén: confiad en Yahveh, vuestro Dios, y estaréis seguros; tened fe en sus profetas, y triunfaréis!".

    21. Luego, tras haber deliberado con el pueblo, designó a los que habían de cantar a Yahveh y entonarle alabanzas, los cuales, revestidos de ornamentos sagrados, salieron al frente de la tropa, diciendo: "Alabad a Yahveh, porque es eterna su misericordia".

    22. Y en el momento en que ellos comenzaban las aclamaciones y las alabanzas, Yahveh suscitó discordias entre los amonitas, los moabitas y los del monte Seír, que venían contra Judá, y fueron derrotados.

    23. En efecto, los amonitas y los moabitas se pusieron contra los habitantes del monte Seír y los entregaron al anatema y al exterminio; y cuando hubieron acabado con los habitantes de Seír, ellos mismos se destruyeron mutuamente.

    24. Así, cuando los de Judá llegaron a la vista del desierto y miraron hacia la muchedumbre, no vieron sino cadáveres tendidos por tierra; no quedaba ningún superviviente.

    25. Llegó entonces Josafat con su gente a recoger el botín y hallaron tan gran cantidad de ganado, riquezas, vestidos y objetos preciosos, de los que se apropiaron, que no podían llevárselo todo. Tres días estuvieron recogiendo el botín, tan cuantioso era.

    26. Al cuarto día se reunieron en el valle de Beracá y allí bendijeron a Yahveh. Por eso dieron a aquel lugar el nombre de valle de Beracá hasta el día de hoy.

    27. Después, todos los de Judá y de Jerusalén, con Josafat a la cabeza, se volvieron a Jerusalén llenos de júbilo, porque Yahveh les había proporcionado ese júbilo a costa de sus enemigos.

    28. Hicieron su entrada en Jerusalén, en dirección al templo de Yahveh, con arpas, cítaras y trompetas.

    29. Y el terror de Dios se apoderó de todos los reinos de los diversos países cuando éstos supieron que Yahveh había peleado contra los enemigos de Israel.

    30. Siguió así tranquilo el reino de Josafat, pues su Dios le dio paz con todos los de su entorno.

    Resumen del reinado de Josafat

    31. Reinó, pues, Josafat sobre Judá. Tenía treinta y cinco años cuando fue proclamado rey, y reinó veinticinco años en Jerusalén. Su madre se llamaba Azubá, hija de Siljí.

    32. Siguió en todo la conducta de su padre Asá, sin apartarse de ella y haciendo lo que es recto a los ojos de Yahveh.

    33. No obstante, no desaparecieron los lugares altos, porque el pueblo no tenía aún el corazón enderezado hacia el Dios de sus padres.

    34. Los demás hechos de Josafat, desde los primeros a los últimos, están consignados en los relatos de Jehú, hijo de Jananí, que están insertos en el libro de los reyes de Israel.

    35. Después de esto, Josafat, rey de Judá, se alió con Ocozías, rey de Israel, que era un impío.

    36. Se asoció con él para construir naves que fueran a Tarsis. Construyeron los navíos en Esión Guéber.

    37. Entonces Eliezer, hijo de Dodaías, de Maresá, profetizó contra Josafat diciendo: "Por haberte aliado con Ocozías, Yahveh destruirá tu obra". Y efectivamente, las naves naufragaron y no pudieron ir a Tarsis.