Deuteronomio 17 - Serafín de Ausejo 19751. No ofrecerás en sacrificio a Yahveh, tu Dios, ganado mayor ni menor que tenga alguna tara o un defecto cualquiera, porque es abominación para Yahveh, tu Dios. 2. Si en medio de ti, en alguna de las ciudades que Yahveh, tu Dios, te va a dar, hubiere hombre o mujer que hiciere el mal a los ojos de Yahveh, tu Dios, violando su alianza, 3. yéndose a servir a otros dioses y a postrarse ante ellos, ante el sol, ante la luna o ante todo el ejército del cielo, cosa que yo no he mandado; 4. si te lo denuncian o tú oyes hablar de ello, harás una detenida averiguación. Si se comprueba a ciencia cierta que se cometió esa abominación en Israel, 5. sacarás a las puertas de tu ciudad al hombre o a la mujer que han cometido tal maldad y los lapidarás hasta que mueran. 6. Sólo por declaración de dos o tres testigos se podrá dar muerte al que sea reo de ella, no se le podrá condenar a muerte por declaración de un solo testigo. 7. Los testigos serán los primeros en descargar sus manos sobre él para hacerle morir; y luego, las manos de todo el pueblo. Así quitarás el mal de en medio de ti. 8. Si has de juzgar casos que te sean demasiado difíciles: casos de homicidio, de colisión de derechos, de heridas, de asuntos controvertidos en tus ciudades, te levantarás, subirás al lugar que haya escogido Yahveh, tu Dios, 9. te presentarás a los sacerdotes levíticos y al juez entonces en funciones y los consultarás, y ellos te dirán cómo ha de juzgarse según derecho. 10. Tú, luego, te ajustarás al fallo que te hayan indicado en el lugar que haya escogido Yahveh, y cuidarás de actuar conforme a lo que ellos te hayan enseñado. 11. Actuarás, pues, conforme a la ley que ellos te enseñen y a la sentencia que te den; no te desviarás ni a la derecha ni a la izquierda de cuanto te hayan señalado. 12. Y si alguno, por arrogancia, no quiere escuchar al sacerdote que está allí para servir a Yahveh, tu Dios, ni al juez, ese hombre morirá; así quitarás de Israel el mal. 13. Todo el pueblo, cuando se entere, temerá, y no actuará más con arrogancia. Instrucciones acerca de un rey14. Si cuando hayas entrado en el país que Yahveh, tu Dios, te va a dar, lo hayas conquistado y habites en él, te dices: "Voy a establecer sobre mí un rey, como todas las naciones que me rodean", 15. podrás establecer sobre ti solamente al rey que Yahveh, tu Dios, escoja. Establecerás sobre ti como rey a uno de tus hermanos; no podrás darte por rey un extranjero, que no es tu hermano. 16. Pero no ha de tener muchos caballos, ni hará volver al pueblo a Egipto para aumentar su caballería, porque Yahveh os ha dicho: "No volveréis jamás por ese camino". 17. No ha de tener muchas mujeres, para que no se descarríe su corazón; ni amontonará plata y oro en exceso. 18. En cuanto se siente en el trono de su realeza, se procurará para su uso una copia de esta ley, a partir del original que está en poder de los sacerdotes levíticos. 19. La tendrá consigo y leerá en ella todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Yahveh, su Dios, a guardar todas las palabras de esta ley y a practicar estos preceptos, 20. a fin de que su corazón no se engría creyéndose superior a sus hermanos, ni se aparte de los mandamientos a la derecha o a la izquierda, y así prolongue los días de su reinado, él y sus hijos, en medio de Israel. |