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viernes, agosto 16, 2024
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    Deuteronomio 5 - Serafín de Ausejo 1975

    Los Diez Mandamientos

    1. Moisés convocó a todo Israel y les dijo: "Escucha, Israel, los preceptos y las normas que hoy hago resonar en tus oídos; apréndelos y cuida de ponerlos por obra.

    2. Yahveh, nuestro Dios, concluyó con nosotros una alianza en el Horeb.

    3. No concluyó Yahveh esta alianza con nuestros padres, sino con nosotros, los que vivimos y estamos aquí hoy.

    4. Cara a cara os habló Yahveh en el monte, de en medio del fuego.

    5. En aquella ocasión estaba yo entre Yahveh y vosotros, para transmitiros la palabra de Yahveh, pues el fuego os atemorizaba y no subisteis al monte". Él dijo:

    6. "Yo soy Yahveh, tu Dios, que te he sacado de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud.

    7. No tendrás otros dioses delante de mí.

    8. No te harás ninguna imagen esculpida, ni figura de lo que hay arriba en el cielo, o abajo en la tierra, o en las aguas debajo la tierra.

    9. No te postrarás ante ellas ni las servirás, porque yo, Yahveh, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo en los hijos la falta de los padres hasta la tercera y cuarta generación de aquellos que me odian;

    10. pero extiendo mi misericordia por mil generaciones sobre aquellos que me aman y guardan mis mandamientos.

    11. No pronunciarás el nombre de Yahveh, tu Dios, en vano, pues Yahveh no dejará impune al que pronuncie en vano su nombre.

    12. Guarda el día del sábado, para santificarlo, como te lo ha mandado Yahveh, tu Dios.

    13. Seis días trabajarás y harás todos tus trabajos;

    14. pero el día séptimo es el de descanso en honor de Yahveh, tu Dios, y ese día no harás trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ninguna de tus bestias, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que tu siervo y tu sierva descansen, como descansas tú.

    15. Recuerda que fuiste esclavo en el país de Egipto y que Yahveh, tu Dios, te sacó de allí con mano fuerte y brazo tenso; por eso Yahveh, tu Dios, te manda celebrar el día del sábado.

    16. Honra a tu padre y a tu madre, como te lo ha ordenado Yahveh, tu Dios, para que se prolonguen tus días y seas feliz en el suelo que Yahveh, tu Dios, te da.

    17. No matarás.

    18. No cometerás adulterio.

    19. No robarás.

    20. No darás contra tu prójimo falso testimonio.

    21. No desearás la mujer de tu prójimo, ni codiciarás la casa de tu prójimo, su campo, su siervo, su sierva, su buey, su asno, ni nada de lo que es suyo".

    El terror del pueblo

    22. Éstas son las palabras que dirigió Yahveh a toda vuestra asamblea, en la montaña, en medio del fuego, y de la nube y de la densa obscuridad, con voz potente, y no añadió más. Luego las escribió sobre dos tablas de piedra y me las entregó.

    23. Cuando oísteis la voz de en medio de las tinieblas, mientras la montaña ardía en llamas, os acercasteis vosotros a mí, todos vuestros jefes de tribu y vuestros ancianos,

    24. y me dijisteis: "Yahveh, nuestro Dios, nos ha hecho ver su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz de en medio del fuego. Hoy hemos visto que Dios puede conversar con el hombre, y éste seguir con vida.

    25. ¿Por qué, pues, ahora hemos de morir devorados por ese fuego tan grande? Si seguimos oyendo la voz de Yahveh, nuestro Dios, moriremos.

    26. ¿Qué mortal ha oído alguna vez, como nosotros, la voz de Dios vivo hablando de en medio del fuego, y ha quedado con vida?

    27. Acércate tú y escucha cuanto te diga Yahveh, nuestro Dios, y luego nos transmitirás lo que Yahveh, nuestro Dios, te diga, y lo escucharemos y lo pondremos en práctica".

    28. Yahveh oyó el tenor de vuestras palabras cuando me hablabais, y me dijo: "He oído el tenor de las palabras de este pueblo que te ha hablado, y está bien todo cuanto te han dicho.

    29. ¡Ojalá que su corazón estuviera siempre dispuesto a temerme y a guardar todos mis mandamientos, a fin de que fuesen eternamente felices, ellos y sus hijos!

    30. Ve y diles: "Volved a vuestras tiendas".

    31. Pero tú quédate aquí conmigo y te dictaré todos los mandamientos, preceptos y normas que has de enseñarles, para que los pongan en práctica en el país que les voy a dar en posesión".

    32. Poned, pues, mucho cuidado en hacer cuanto Yahveh, Dios vuestro, os ha ordenado; no os desviéis ni a la derecha ni a la izquierda.

    33. Seguid en todo el camino que Yahveh, vuestro Dios, os ha señalado, para que viváis y seáis felices y prolonguéis vuestros días en la tierra que vais a ocupar.