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sábado, agosto 17, 2024
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    Éxodo 10 - Serafín de Ausejo 1975

    La plaga de langostas

    1. Yahveh dijo a Moisés: "Ve al Faraón, pues yo he endurecido su corazón y el corazón de sus siervos, a fin de obrar mis prodigios en medio de su pueblo,

    2. para que puedas contar a tus hijos y a tus nietos cómo traté a los egipcios y qué prodigios hice yo entre ellos, y para que sepáis que yo soy Yahveh".

    3. Moisés y Aarón fueron al Faraón y le dijeron: "Así habla Yahveh, Dios de los hebreos: "¿Hasta cuándo te negarás a humillarte ante mí? Deja ir a mi pueblo para que me rinda culto."

    4. Porque si te niegas a dejar partir a mi pueblo, mañana traeré sobre tu territorio la langosta,

    5. que cubrirá la superficie de la tierra, de suerte que no podrá verse el suelo, y devorará el resto de lo que se había salvado, lo que os dejó la granizada, y también devorará todo árbol que crece en el campo.

    6. Se llenarán de langostas tus palacios, las casas de tus siervos y las de todos los egipcios, como nunca lo vieron tus padres ni tus abuelos desde el día que empezaron a existir sobre la tierra hasta hoy". Se retiró Moisés y salió de casa del Faraón.

    7. Los servidores del Faraón le dijeron: "¿Hasta cuándo ese hombre va a ser para nosotros un lazo de ruina? Deja partir a esa gente, y que den culto a Yahveh, su Dios. ¿Ignoras aún que Egipto está pereciendo?".

    8. Hicieron volver a Moisés y a Aarón ante el Faraón, que les dijo: "Id a servir a Yahveh, vuestro Dios. Pero ¿quiénes van a partir?".

    9. Respondió Moisés: "Iremos nosotros con nuestros niños y nuestros ancianos, con nuestros hijos y nuestras hijas, con nuestro ganado menor y mayor, porque es para nosotros una fiesta de Yahveh".

    10. Contestóles el Faraón: "¡Así esté Yahveh con vosotros, como yo os deje ir a vosotros y a vuestros hijos! ¡Ahora saltan a la vista vuestras malas intenciones!

    11. Pero no será así. Id los varones nada más, y rendid culto a Yahveh, pues eso es lo que habéis pedido". Y los expulsaron de la presencia del Faraón.

    12. Dijo entonces Yahveh a Moisés: "Extiende tu mano sobre el país de Egipto para que venga la langosta; que suba sobre la tierra de Egipto y devore toda la hierba del país, todo lo que dejó el granizo".

    13. Extendió Moisés su cayado sobre el territorio de Egipto, y Yahveh trajo sobre el país un viento de oriente todo aquel día y aquella noche. Cuando llegó la mañana, el viento de Oriente había traído la langosta,

    14. que invadió todo el país de Egipto y se posó en todo el territorio de Egipto. No había habido nunca tan gran cantidad de langosta como ésta ni la habría después.

    15. Cubrió la langosta la superficie de todo el país y se oscureció la tierra; devoró toda la hierba de la tierra y todo el fruto de los árboles que había dejado el granizo, y no quedó nada verde en los árboles, ni hierbas en los campos, en todo el país de Egipto.

    16. El Faraón se apresuró a llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo: "He pecado contra Yahveh, vuestro Dios, y contra vosotros.

    17. Ahora, pues, perdonad mi pecado siquiera una vez más, y pedid a Yahveh, vuestro Dios, que, al menos, aleje de mí esta muerte".

    18. Salió Moisés de la presencia del Faraón y oró a Yahveh.

    19. Hizo Yahveh soplar un viento muy fuerte del poniente, que se llevó la langosta y la arrojó al mar de los Juncos. No quedó ni una en todo el territorio de Egipto.

    20. Pero endureció Yahveh el corazón del Faraón, que no dejó partir a los israelitas.

    La plaga de tinieblas

    21. Dijo Yahveh a Moisés: "Extiende tu mano hacia el cielo y haya tinieblas sobre el país de Egipto, tinieblas tales que puedan palparse".

    22. Extendió Moisés su mano hacia el cielo, y por tres días hubo tinieblas densísimas en todo el país.

    23. No se veían unos a otros, ni nadie pudo moverse de su sitio durante tres días. Había, en cambio, luz en los lugares donde moraban los israelitas.

    24. El Faraón llamó a Moisés y le dijo: "Partid, rendid culto a Yahveh. Que se quede tan sólo vuestro ganado menor y mayor. Que vayan también con vosotros vuestros pequeñuelos".

    25. Dijo Moisés: "Tienes que dejarnos llevar las víctimas para los sacrificios y holocaustos que hemos de ofrecer a Yahveh, nuestro Dios.

    26. También nuestros ganados vendrán con nosotros; ni una sola pezuña quedará aquí, porque de ellos hemos de tomar para servir a Yahveh, nuestro Dios, y nosotros no sabemos todavía qué culto se debe rendir a Yahveh hasta que lleguemos allí".

    27. Pero Yahveh endureció el corazón del Faraón, que no quiso dejarles salir.

    28. Dijo el Faraón a Moisés: "Sal de mi presencia y guárdate de volver a ver mi rostro, pues el día que vuelvas a aparecer ante mí, morirás".

    29. Respondió Moisés: "Será como tú dices: no compareceré más en tu presencia".