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    Génesis 37 - Serafín de Ausejo 1975

    José es vendido por sus hermanos

    1. Se estableció Jacob en el país de Canaán, en los lugares por los que había peregrinado su padre.

    2. Ésta es la historia de Jacob. Tenía José diecisiete años, todavía un niño, y pastoreaba el ganado menor con sus hermanos, los hijos de Bilhá y los hijos de Zilpá, mujeres de su padre. José hizo saber a su padre la mala fama que ellos tenían.

    3. Israel amaba a José más que a todos los demás hijos, porque lo había tenido en la vejez. Le había hecho una túnica larga y con mangas.

    4. Viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos ellos, le tenían rencor y no le dirigían la palabra.

    5. Tuvo José un sueño y lo refirió a sus hermanos, con lo que le odiaron todavía más.

    6. Les dijo: "Oíd este sueño que he tenido.

    7. Estábamos atando gavillas en medio del campo, cuando he aquí que mi gavilla se levantó y se mantuvo derecha, mientras que las vuestras se ponían a su alrededor y se inclinaban ante ella".

    8. Dijéronle sus hermanos: "¿Es que vas a reinar sobre nosotros o quieres dominarnos?". Y sus hermanos lo odiaron todavía más por causa de sus sueños y de sus palabras.

    9. Tuvo otro sueño y se lo contó también a sus hermanos. Les dijo: "He tenido otro sueño: el sol, la luna y once estrellas se inclinaban delante de mí".

    10. Lo contó a su padre y a sus hermanos y su padre le reprendió diciéndole: "¿Qué sueño es ése? ¿Es que yo, tu madre y tus hermanos hemos de venir a postrarnos en tierra ante ti?".

    11. Sus hermanos le cobraron envidia, pero su padre rumiaba aquellas palabras.

    12. Sus hermanos se habían marchado a Siquén, a pastorear los rebaños de su padre.

    13. Dijo Israel a José: "Tus hermanos deben estar con los rebaños en Siquén. Ven, que te voy a enviar adonde ellos están". Él contestó: "Aquí estoy".

    14. Le dijo su padre: "Vete a ver cómo están tus hermanos y el rebaño, y me lo cuentas cuando vuelvas". Lo envió desde el valle de Hebrón, y José llegó a Siquén.

    15. Andaba desorientado por el campo, cuando lo encontró un hombre, que le preguntó: "¿Qué buscas?".

    16. "Busco a mis hermanos -contestó él-. Indícame, por favor, dónde pastorean".

    17. Respondió el hombre: "Ya se han ido de aquí. Les oí decir: "Vámonos a Dotán"". Fue José en busca de sus hermanos, y los halló en Dotán.

    18. Le vieron ellos desde lejos y, antes de que se les acercara, tramaron su muerte.

    19. Se decían unos a otros: "Ahí viene el gran soñador.

    20. Lo mataremos, lo arrojaremos a una cisterna y diremos que una bestia salvaje le devoró. Veremos así en qué acaban sus sueños".

    21. Oyó esto Rubén e intentó salvarlo de sus manos. Les dijo: "No hay que quitarle la vida".

    22. Y añadió, con la intención de librarlo de sus manos y devolverlo a su padre: "No derraméis sangre; arrojadlo a esa cisterna que hay en el desierto, pero no pongáis la mano sobre él".

    23. Cuando llegó José donde sus hermanos, éstos le despojaron de su túnica, aquella túnica larga y con mangas,

    24. lo agarraron y lo arrojaron a la cisterna. Pero la cisterna estaba vacía. No tenía agua.

    25. Sentáronse a comer. Al alzar la vista, vieron una caravana de ismaelitas que iban desde Galaad a Egipto con sus camellos cargados de goma, resina y láudano.

    26. Dijo entonces Judá a sus hermanos: "¿Qué ganamos con matar a nuestro hermano y ocultar su sangre?

    27. Vamos a venderlo a los ismaelitas y no pongamos las manos en él, pues es nuestro hermano, carne nuestra es". Y asintieron sus hermanos.

    28. Cuando pasaban los mercaderes madianitas subieron y sacaron a José de la cisterna y por veinte siclos de plata lo vendieron a los ismaelitas, quienes se lo llevaron a Egipto.

    29. Cuando Rubén volvió a la cisterna y vio que José no estaba en ella, rasgó sus vestiduras

    30. y volviéndose a sus hermanos, exclamó: "¡El niño no aparece! ¿Qué hago yo ahora?".

    31. Tomaron entonces la túnica de José, degollaron un cabrito y empaparon la túnica en sangre.

    32. Después enviaron la túnica larga y con mangas, y la hicieron llegar a su padre, con estas palabras: "Hemos encontrado esto. Mira bien si es, o no, la túnica de tu hijo".

    33. Él la reconoció y dijo: "¡La túnica de mi hijo! Una bestia salvaje lo ha devorado; José ha sido despedazado".

    34. Entonces Jacob rasgó sus vestiduras, se vistió de saco e hizo duelo por su hijo muchos días.

    35. Vinieron todos sus hijos y todas sus hijas a consolarlo; pero él estaba inconsolable y decía: "En duelo bajaré al seol, al lado de mi hijo". Y su padre le lloraba.

    36. Los madianitas lo vendieron en Egipto a Putifar, eunuco del Faraón y jefe de la guardia.