Hebreos 5 - Serafín de Ausejo 1975

1. Porque todo sumo sacerdote es tomado de entre los hombres y está puesto para representar a los hombres en las relaciones con Dios en lo concerniente a ofrecer dones y sacrificios por los pecados.

2. Puede sentir indulgente compasión hacia los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en debilidades.

3. A causa de ellas, tiene que ofrecer sacrificios tanto por sus propios pecados como por los del pueblo.

4. Y nadie recibe este honor por sí mismo, sino llamado por Dios, justamente como en el caso de Aarón.

5. Tampoco Cristo se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote, sino que se la confirió aquel que le dijo: Tú eres Hijo mío, yo te he engendrado en este día.

6. O como dice en otro pasaje: Tú eres sacerdote para siempre según el rito de Melquisedec.

7. Cristo, en los días de su vida mortal, presentó, a gritos y con lágrimas, oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado en atención a su piedad reverencial.

8. Y aun siendo Hijo, aprendió, padeciendo, a obedecer

9. y llevado a la consumación, se convirtió, para los que le obedecen, en causa de salvación eterna,

10. proclamado por Dios sumo sacerdote según el rito de Melquisedec.

Advertencia contra la apostasía

11. De esto nos queda mucho por decir, aunque de difícil explicación, ya que os habéis hecho torpes de oído.

12. Pues realmente, debiendo ser maestros por el tiempo ya pasado, os encontráis de nuevo en la necesidad de que os enseñen los rudimentos de los oráculos divinos, y os habéis vuelto tales que necesitáis leche, no comida sólida.

13. Y todo el que se alimenta de leche carece de la experiencia de la justificación, porque todavía es niño.

14. La comida sólida es propia de adultos, o sea, de los que, a fuerza de practicar, tienen desarrollada la sensibilidad para discernir entre lo bueno y lo malo.