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miércoles, julio 17, 2024
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    Isaías 6 - Serafín de Ausejo 1975

    Visión y llamamiento de Isaías

    1. El año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor sentado en un trono alto y elevado. Las orlas de su vestido llenaban el templo.

    2. Por encima de Él había serafines de pie, con seis alas cada uno: con dos se cubrían el rostro, con otras dos se cubrían hasta los pies y con los otras dos volaban.

    3. Se gritaban el uno al otro: "¡Santo, Santo, Santo es Yahveh Sebaot; toda la tierra está llena de su gloria!".

    4. Los quicios de los umbrales retemblaban al clamor de su voz y el templo se llenó de humo.

    5. Yo dije: "¡Ay de mí! ¡Estoy perdido, pues soy hombre de labios impuros que vivo en un pueblo de labios impuros, y mis ojos han visto al rey, a Yahveh Sebaot!".

    6. Voló entonces hacia mí uno de los serafines, con una brasa encendida en su mano, que había tomado de encima del altar con unas tenazas;

    7. y, tocando mi boca, dijo: "Mira, esto ha tocado tus labios: ha sido quitada tu culpa, está perdonado tu pecado".

    8. Yo oí la voz del Señor, que decía: "¿A quién enviaré y quién irá por nosotros?". Aquí estoy yo -respondí-, envíame.

    9. "Ve -contestó él- y di a este pueblo: "Escuchad atentamente, pero no entendáis; mirad bien, pero no percibáis".

    10. Embrutece el corazón de este pueblo, endurece sus oídos, ciega sus oídos, para que sus ojos no vean, ni oigan sus oídos, ni entienda su corazón y no se convierta y se cure".

    11. "¿Hasta cuándo, Señor?" -pregunté-. Y él me respondió: "Hasta que queden las ciudades asoladas y sin habitantes, las casas sin hombres, el campo desolado como un desierto.

    12. Yahveh alejará a los hombres y será grande la desolación en el país.

    13. Y si aún queda en él una décima parte, volverá a ser consumida. Como el terebinto y la encina, que, talados, conservan un tocón: semilla santa será su tocón".