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miércoles, julio 17, 2024
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    Juan 5 - Serafín de Ausejo 1975

    El paralítico de Betesda

    1. Después de esto, los judíos celebraban una fiesta y Jesús subió a Jerusalén.

    2. Hay en Jerusalén, junto a la puerta de las Ovejas, una piscina, llamada en hebreo Betzatá, que tiene cinco pórticos.

    3. Yacía en éstos una multitud de enfermos: ciegos, cojos, paralíticos.

    4.

    5. Había un hombre allí que llevaba treinta y ocho años enfermo.

    6. Al verlo Jesús tendido, y sabiendo que llevaba ya mucho tiempo así, le pregunta: "¿Quieres curarte?".

    7. El enfermo le contestó: "Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando el agua comienza a agitarse; y para cuando yo llego, ha bajado otro antes que yo".

    8. Dícele Jesús: "Levántate, toma tu camilla y vete".

    9. Y al instante, el hombre quedó sano, tomó su camilla y se puso a andar. Pero aquel día era sábado.

    10. Por tanto, los judíos decían al que había sido curado: "Es sábado, y no te es lícito llevar a cuestas la camilla".

    11. Pero él les contestó: "El mismo que me curó, me dijo: "Toma tu camilla y vete"".

    12. Ellos le preguntaron: "¿Quién es ése que te ha dicho: "Tómala y vete?"".

    13. Pero el hombre curado no sabía quién era, pues, como había allí mucha gente, Jesús desapareció.

    14. Después, Jesús lo encuentra en el templo y le dice: "Ya quedaste sano; no peques más, para que no te suceda algo peor".

    15. El hombre fue a decir a los judíos que era Jesús el que lo había curado.

    16. Y por esto los judíos perseguían a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.

    17. Pero él les replicó: "Mi Padre todavía sigue trabajando, y yo sigo trabajando también".

    18. Por esto, precisamente, los judíos ponían aún más empeño en matarlo: porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que, además, decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.

    La autoridad del Hijo

    19. Entonces Jesús, tomando la palabra, les dijo: "De verdad os aseguro: nada puede hacer el Hijo por sí mismo, como no lo vea hacer al Padre; porque lo que éste hace, también, y de modo semejante, lo hace el Hijo.

    20. Porque el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que hace; y le mostrará obras mayores que éstas, de suerte que vosotros quedaréis maravillados.

    21. Pues lo mismo que el Padre resucita a los muertos devolviéndoles la vida, así también el Hijo da vida a los que quiere.

    22. Porque el Padre no juzga a nadie; sino que todo el poder de juzgar lo ha entregado al Hijo,

    23. a fin de que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, tampoco honra al Padre que lo envió.

    24. De verdad os aseguro: quien escucha mi palabra y cree a aquel que me envió, tiene vida eterna y no va a juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida.

    25. De verdad os aseguro: llega la hora, y es ésta, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios y los que la escuchen vivirán.

    26. Porque del mismo modo que el Padre posee vida por sí mismo, así también concedió al Hijo el poseerla por sí mismo.

    27. Y le dio autoridad para juzgar, porque es Hijo del hombre.

    28. No os maravilléis de esto; porque llega la hora en que todos los que yacen en la tumba han de oír su voz:

    29. y los que hicieron el bien saldrán para resurrección de vida; los que hicieron el mal, para resurrección de condena.

    Testigos de Cristo

    30. Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta. Juzgo conforme a lo que oigo; y mi juicio es justo, porque no busco hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.

    31. "Si fuera yo el que da testimonio de mí mismo, mi testimonio no sería válido.

    32. Es otro el que da testimonio de mí; y sé bien que el testimonio que él da de mí, ése sí es válido.

    33. Vosotros habéis enviado a preguntar a Juan, y él ha dado testimonio en favor de la verdad.

    34. No es que yo pretenda obtener de un hombre testimonio en mi favor; si os lo recuerdo, es para que os salvéis.

    35. Juan era la lámpara que arde y que ilumina, aunque vosotros sólo por un momento quisisteis gozar de su luz."

    36. "Yo tengo un testimonio que es superior al de Juan: las obras que el Padre me ha encomendado llevar a término, estas mismas obras que yo estoy haciendo, dan testimonio en favor mío de que el Padre me ha enviado.

    37. Y el Padre que me envió, Él mismo ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído vosotros su voz, nunca habéis visto su rostro;

    38. ni tenéis su palabra que permanezca en vosotros, porque no creéis a aquel a quien Él envió.

    39. Vosotros investigáis las Escrituras, porque en ellas pensáis tener vida eterna. Pues son ellas, precisamente, las que dan testimonio de mí.

    40. Y, sin embargo, ¡no queréis venir a mí para tener vida!"

    41. "No es de los hombres de quienes yo recibo la gloria.

    42. Pero yo os conozco: no tenéis en vosotros el amor de Dios.

    43. Yo he venido en el nombre de mi Padre, y no me recibís; si viniera algún otro en nombre propio, a ése si lo recibiríais.

    44. ¿Cómo vais a poder creer vosotros, que andáis aceptando gloria unos de otros, pero no buscáis la que viene del Dios único?

    45. No penséis que yo os voy a acusar ante el Padre. Ya hay quien os acuse: Moisés, en quien vosotros tenéis puesta la esperanza.

    46. Porque, si creyerais en Moisés, también creeríais en mí, porque acerca de mí escribió él.

    47. Pero, si no creéis en sus escritos, ¿cómo vais a creer en mis palabras?"