Levítico 17 - Serafín de Ausejo 1975El santuario único1. Habló Yahveh a Moisés diciéndole: 2. "Habla a Aarón, a sus hijos y a todos los israelitas, y diles: esto es lo que ha mandado Yahveh: 3. todo hombre de la casa de Israel que, dentro o fuera del campamento, degüelle un buey, o un cordero o una cabra, 4. sin llevarlo a la entrada de la tienda del encuentro para presentarlo como ofrenda a Yahveh ante la morada de Yahveh, responderá de la sangre derramada; ha vertido sangre y será exterminado de en medio de su pueblo. 5. Así, pues, los israelitas llevarán ante Yahveh, a la entrada de la tienda del encuentro, al sacerdote, los sacrificios que suelen inmolar en el campo, y los ofrecerán a Yahveh en sacrificio de comunión. 6. El sacerdote derramará la sangre sobre el altar de Yahveh, a la entrada de la tienda del encuentro, y quemará la grasa como calmante aroma para Yahveh. 7. Nunca más ofrecerán sus sacrificios a los sátiros, con los cuales se prostituían. Esta será para ellos una ley perpetua en todas sus generaciones. 8. Les dirás: cualquier hombre de la casa de Israel, o de los extranjeros que habitan en medio de ellos, que ofrezca un holocausto o un sacrificio, 9. y no lo lleve a la entrada de la tienda del encuentro para ofrecerlo a Yahveh, será eliminado de su pueblo". Prohibición de comer la sangre10. "Volveré mi faz contra todo hombre de la casa de Israel, o de los extranjeros que habitan en medio de ellos, que coma sangre, de cualquier clase que sea, contra el que coma sangre, y lo eliminaré de en medio de su pueblo. 11. Porque la vida de la carne está en la sangre, y yo os he mandado ponerla sobre el altar para que expíe por vuestras vidas, pues es la sangre la que expía por la vida. 12. Por eso he dicho a los israelitas: "Nadie de entre vosotros comerá sangre, ni la comerá tampoco el extranjero que habita en medio de vosotros". 13. Todo hombre de entre los israelitas, o de entre los extranjeros que habitan en medio de ellos, que cace un animal o ave que es lícito comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra. 14. Porque la vida de toda carne es su sangre. Por eso he dicho a los israelitas: "No comeréis la sangre de ninguna carne; pues la vida de toda carne está en su sangre. Quien la coma, será exterminado". 15. Cualquiera, nativo o extranjero, que coma de un animal muerto o despedazado, lavará sus vestidos, se bañará y será impuro hasta la tarde; después será puro. 16. Si no lava sus vestidos ni se baña cargará con su culpa." |