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jueves, julio 18, 2024
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    Números 11 - Serafín de Ausejo 1975

    Jehová envía codornices

    1. Aconteció que el pueblo profirió amargos lamentos que sonaron mal a los oídos de Yahveh. Yahveh lo oyó, se encendió su ira y ardió contra ellos un fuego de Yahveh que devoró un extremo del campamento.

    2. Clamó entonces el pueblo a Moisés, Moisés intercedió ante Yahveh, y el fuego se apagó.

    3. Por eso se llamó aquel lugar Taberá, porque se había encendido contra ellos el fuego de Yahveh.

    4. Una chusma que se habían mezclado con el pueblo sintió tan insaciable apetito que incluso los israelitas rompieron a lamentarse de nuevo y decían: "¡Quién nos diera a comer carne!

    5. ¡Cuánto nos acordamos del pescado que comíamos de balde en Egipto, de los pepinos, de los melones, de los puerros, de las cebollas, de los ajos!

    6. Ahora, en cambio, nuestro vigor se seca; pues no hay nada de nada, y nuestros ojos no ven más que el maná ".

    7. El maná era semejante a la semilla del cilantro, y tenía un aspecto como el del bedelio.

    8. Se dispersaba el pueblo para recogerlo; luego lo molían en molinos o lo majaban en morteros, lo cocían en ollas y hacían con él tortas. Su sabor era como el de torta amasada con aceite.

    9. Cuando de noche caía el rocío sobre el campamento, caía también sobre él el maná.

    10. Oyó Moisés cómo el pueblo lloraba, familia por familia, cada uno a la entrada de su tienda. Y se encendió en gran manera la cólera de Yahveh. A Moisés le desagradó esto en gran manera

    11. y dijo a Yahveh: "¿Por qué has tratado tan mal a tu siervo? ¿Por qué no gozo de tu favor, sino que echas sobre mí la carga de todo este pueblo?

    12. ¿Acaso he sido yo quien ha concebido a todo este pueblo? ¿Soy yo quien lo ha dado a luz, para que me digas: "Llévalo en tu regazo", como lleva la nodriza al niño de pecho, hasta el país que juraste dar a sus padres?

    13. ¿De dónde saco la carne para darle a todo ese pueblo, cuando me asedian con sus lágrimas y me dicen: "Danos carne para comer"?

    14. Yo solo no puedo soportar la carga de todo este pueblo, pues es demasiado pesada para mí.

    15. Si también en adelante vas a tratarme así, prefiero que me envíes la muerte, si en algo me estimas, y así no veré ya mi desventura".

    16. Dijo Yahveh a Moisés: "Reúneme a setenta hombres de los ancianos de Israel, de los que tú sabes que son los ancianos y dirigentes del pueblo, llévalos a la tienda del encuentro y que estén allí contigo.

    17. Yo descenderé y te hablaré allí; tomaré del espíritu que hay en ti y se lo infundiré a ellos, para que compartan contigo la carga del pueblo y no la lleves tú solo.

    18. Dirás al pueblo: "Santificaos para mañana y comeréis carne, ya que os habéis lamentado a los oídos de Yahveh, diciendo: ¿quién nos dará a comer carne? ¡Estábamos tan bien en Egipto!". Yahveh os dará carne para que comáis.

    19. No la comeréis un día solo, ni dos, ni cinco, ni diez, ni veinte,

    20. sino un mes entero: hasta que os salga por las narices y os dé asco, por haber menospreciado a Yahveh, que está en medio de vosotros, y por haberos lamentado ante él, diciendo: "¿Por qué hemos salido de Egipto?"".

    21. Moisés dijo: "El pueblo que viene conmigo alcanza los seiscientos mil hombres de a pie; ¿y tú dices: "Les daré carne y la comerán un mes entero?".

    22. Aunque se degollaran para ellos rebaños de vacas y de ovejas, ¿les bastaría? Si se juntaran para ellos todos los peces del mar, ¿les sería suficiente?".

    23. Yahveh respondió a Moisés: "¿Acaso ha perdido su vigor el brazo de Yahveh? Vas a ver ahora si lo que te he dicho se cumple en favor tuyo o no".

    24. Salió entonces Moisés fuera y transmitió al pueblo las palabras de Yahveh. Reunió setenta hombres de los ancianos del pueblo y los colocó alrededor de la tienda.

    25. Yahveh descendió en la nube y le habló; tomó del espíritu que había en él y lo puso sobre los setenta ancianos. Tan pronto como el espíritu se posó en ellos, comenzaron a profetizar, pero sólo lo hicieron aquella vez.

    26. Se habían quedado en el campamento dos hombres, el uno llamado Eldad y el otro Medad. El espíritu se posó también sobre ellos, porque eran del número de los designados, aunque no habían ido a la tienda, y profetizaron en el campamento.

    27. Un joven corrió a anunciárselo a Moisés y le dijo: "Eldad y Medad están profetizando en el campamento".

    28. Entonces Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde su juventud, tomó la palabra y dijo: "Señor mío Moisés, prohíbeselo".

    29. Le respondió Moisés: "¿Estás celoso por mí? ¡Ojalá que todo el pueblo de Yahveh fuera profeta, y pusiera Yahveh su espíritu en ellos!".

    30. Moisés se retiró al campamento con los ancianos de Israel.

    31. Entonces se levantó un viento enviado por Yahveh que trajo codornices de la parte del mar y las dejó caer sobre el campamento, en una extensión como de un día de camino por una parte y como de un día de camino por otra, en derredor del campamento, y con un espesor de casi dos codos sobre la superficie del suelo.

    32. El pueblo estuvo recogiendo codornices todo aquel día, toda la noche y todo el día siguiente. El que menos, recogió diez ómer. Las tendieron a secar en derredor del campamento.

    33. Aún tenían la carne en la boca, sin acabar de masticarla, cuando se encendió la cólera de Yahveh contra el pueblo, y Yahveh hirió al pueblo con una plaga muy grande.

    34. Por eso se dio a aquel lugar el nombre de Quibrot Hatavá, porque allí enterraron a la chusma que se había entregado a la glotonería.

    35. El pueblo partió de Quibrot Hatavá en dirección a Jaserot y acampó en Jaserot.