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miércoles, julio 17, 2024
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    Proverbios 29 - Serafín de Ausejo 1975

    1. Quien ante los reproches se rebela será aniquilado de repente y sin remedio.

    2. Cuando abundan los justos, el pueblo se alegra; cuando domina un malvado, el pueblo gime.

    3. Quien ama la sabiduría alegra a su padre, quien anda entre cortesanas disipa su hacienda.

    4. El rey justo levanta el país, quien lo abruma con impuestos le arruina.

    5. El hombre que adula a su prójimo le tiende una red a sus pasos.

    6. Bajo los pasos del malvado hay una trampa, pero el justo corre gozoso.

    7. El justo comprende la causa de los pobres, el malvado no conoce comprensión.

    8. Los insolentes soliviantan la ciudad, los sabios apaciguan la cólera.

    9. Si el sabio discute con el necio, éste se enoja o ríe sin descanso.

    10. Los sanguinarios odian al inocente, los rectos se preocupan por su vida.

    11. El necio descarga toda su cólera, el sabio la reprime con calma.

    12. Si el jefe presta oído a palabras mentirosas, todos sus servidores serán malvados.

    13. El pobre y el opresor se encuentran: es Yahveh quien ilumina los ojos de ambos.

    14. El rey que juzga con equidad a los pobres, afirma su trono para siempre.

    15. La vara y el castigo dan sabiduría: el hijo consentido avergüenza a su madre.

    16. Si abundan los malvados, abunda el pecado; pero los justos contemplarán su caída.

    17. Corrige a tu hijo: él será tu descanso y hará las delicias de tu alma.

    18. Sin visión, el pueblo se relaja; si observa la ley, vivirá feliz.

    19. Con palabras no se corrige al esclavo, porque entiende, pero no hace caso.

    20. ¿Has visto un hombre de hablar precipitado? Más cabe esperar de un necio que de él.

    21. Esclavo mimado en su infancia al fin terminará por rebelarse.

    22. El hombre violento suscita la disputa, el hombre iracundo amontona pecados.

    23. El orgullo del hombre le acarrea humillación, quien se humilla consigue gloria.

    24. El cómplice del ladrón se odia a sí mismo: oye la maldición, pero no lo denuncia.

    25. El temor a los hombres es una trampa; quien confía en Yahveh vive seguro.

    26. Muchos buscan el favor del príncipe, pero es Yahveh quien pronuncia la sentencia.

    27. Abominación de los justos es el inicuo; abominación de los malvados, el de recta conducta.