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domingo, agosto 18, 2024
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    Salmos 135 - Serafín de Ausejo 1975

    La grandeza del Señor y la vanidad de los ídolos Aleluya.

    1. Aleluya. Alabad el nombre del Señor, alabadle, los servidores del Señor,

    2. los que estáis en la casa del Señor, en los atrios de la mansión de nuestro Dios.

    3. Alabad al Señor, pues es bueno el Señor, tañed a su nombre, pues es amable.

    4. A Jacob eligió él para sí, a Israel para ser su propiedad.

    5. Yo sé bien cuán grande es el Señor, sobre todos los dioses, nuestro dueño.

    6. Él hace cuanto quiere en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos.

    7. Hace subir las nubes desde los extremos de la tierra; de los rayos trae lluvia, desde sus sótanos saca el viento.

    8. Él hirió a los primogénitos de Egipto -de los hombres y las bestias-,

    9. él envió señales y portentos en medio de Egipto, contra el Faraón y todos sus esclavos.

    10. Derrotó grandes naciones y dio muerte a reyes poderosos,

    11. a Sijón, rey amorreo, a Og, rey de Basán, y a todos los potentados cananeos,

    12. para entregar sus tierras en herencia, en posesión a su pueblo de Israel.

    13. Tu renombre, Señor, es para siempre, tu recuerdo, por las generaciones.

    14. El Señor lleva la causa de su pueblo y se apiada de sus siervos.

    15. Los dioses de las gentes son plata y oro, hechura de la mano de los hombres:

    16. tienen boca y no hablan, tienen ojos y no ven,

    17. tienen oídos y no oyen, ni hay siquiera en su boca algo de aliento.

    18. y como ellos serán los que los hacen y todos los que a ellos se confían.

    19. Casa de Israel, bendecid al Señor, casa de Aarón, bendecid al Señor,

    20. casa de Leví, bendecid al Señor, todos los que le teméis, bendecid al Señor.

    21. Bendito desde Sión sea el Señor, el que en Jerusalén mora. Aleluya.