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lunes, agosto 19, 2024
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    Salmos 35 - Serafín de Ausejo 1975

    Plegaria pidiendo ser librado de los enemigos Salmo de David.

    1. De David. Impugna, Señor, a los que a mí me impugnan, combate tú contra los que me hacen guerra;

    2. toma escudo y broquel y acude en mi socorro;

    3. enristra tú la lanza, al encuentro de mis perseguidores, y dame la palabra: "Yo soy tu salvación".

    4. Confundidos se vean y humillados los que buscan mi vida, retrocedan en deshonra los que fraguan mi mal.

    5. Que se tornen igual que paja ante el viento, acosados del ángel de Yahveh;

    6. que su camino se haga tiniebla y resbaladero, y los hostigue el ángel de Yahveh.

    7. Sin motivo me tienden asechanzas, sin motivo me excavan una fosa.

    8. Que la ruina imprevista los sorprenda, en las redes que tienden sean cogidos, y en la fosa que excavan caigan ellos.

    9. Mi alma exultará en el Señor, se alegrará con su socorro.

    10. Dirán todos mis huesos: "¿Quién, Señor, como tú, que libras al pequeño del más fuerte, al pobre e indigente de quienes los despojan?"

    11. Testigos violentos se levantan, y sobre cosas que ignoro me interrogan.

    12. Me vuelven mal por bien, despojando mi vida.

    13. En cuanto a mí, cuando eran ellos quienes padecían, mi vestido era el saco, humillaba el vigor con el ayuno, y en mi seno repetía mi plegaria.

    14. Cual por deudos y hermanos, andaba yo impaciente, como en duelo por la madre, triste y mustio.

    15. Y ahora, en mi caída, se alegran ellos, se reúnen, confabulan para asestarme el golpe de improviso, y destrozan sin tregua.

    16. Hacen mofas de impíos, rechinando sus dientes contra mí.

    17. ¿Cuánto tiempo, Señor, lo estarás viendo? Salva mi alma de sus asaltos, mi vida de los cachorros de leones.

    18. Yo en la gran asamblea he de alabarte, ante la muchedumbre he de ensalzarte.

    19. No se rían de mí mis falaces enemigos, ni se guiñen el ojo los que sin causa me aborrecen.

    20. No hablan nunca de paz, contra la gente pacífica meditan el engaño.

    21. Abren ancha su boca contra mí, para decir: "¡Ja, ja! Con nuestros ojos lo hemos visto".

    22. Tú, Señor, que lo ves, no estés callado, mi Señor, no te tengas a distancia.

    23. Despierta y recuerda, en favor de mi derecho, mi Dios y mi Señor, en defensa de mi causa.

    24. Véngame tú, Señor, mi Dios, conforme a tu justicia, no se rían de mí.

    25. Que no puedan pensar en su interior: "¡Ajá!, lo que queríamos". Que no puedan decir: "Lo hemos engullido".

    26. Confundidos se vean y burlados cuantos gozan de mi mal; que se cubran de afrenta y confusión los que se engríen contra mí.

    27. Que se alegren y gocen los que quieren mi bien; puedan siempre decir: "Ensalzado sea el Señor, que se complace en la ventura de su siervo".

    28. Mi lengua ha de cantar tu providencia, tus alabanzas, todo el día.