Marcos 6 - La Biblia Textual 3a EdicionJesús en Nazaret1. Salió de allí y regresó a su tierra, y sus discípulos lo siguen. 2. Llegado el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga. Y la mayoría se asombraba al oírlo, y decía: ¿De dónde saca éste estas cosas, y qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿Y qué significan° estos milagros° hechos por sus manos? 3. ¿No es éste el carpintero,° el hijo de Miriam,° y el hermano de Jacobo y de José, y de Judas y de Simón? ¿No están aquí también sus hermanas ante nosotros? Y se escandalizaban por causa de Él. 4. Y Jesús les decía: No hay profeta sin honra sino en su tierra,° y entre sus parientes, y en su casa. 5. Y no podía hacer allí ningún milagro,° excepto que sanó a unos pocos enfermos imponiéndoles las manos. 6. Y estaba asombrado por la incredulidad de ellos; y así, recorría las aldeas de los alrededores enseñando. Misión de los doce discípulos7. Y llama a sí a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos (y les daba autoridad sobre los espíritus inmundos). 8. Y les ordenó° que no llevaran nada para el° camino; sólo un bordón. Ni pan, ni bolsa, ni un cobre° en el cinto, 9. calzados con sandalias. ¡Y no os vistáis con doble túnica! 10. También les decía: Dondequiera que entréis en una casa, posad° en ese lugar hasta que salgáis de allí. 11. Y cualquier lugar que no os acoja y no os escuchen, al salir° de allí sacudid el polvo de la planta de vuestros pies, para testimonio a ellos.° 12. Y saliendo,° proclamaron que se arrepintieran, 13. y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los sanaban.° Muerte de Juan el Bautista14. Y lo oyó el rey Herodes, por cuanto su nombre había llegado° a ser notorio; pero decían:° Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos, y por eso actúan en él los poderes° 15. (pero otros decían: Es Elías; y otros decían: Es un profeta; como cualquiera de los profetas).° 16. Y al oírlo Herodes, decía: Juan, a quien yo decapité, ha resucitado.° 17. Porque Herodes había enviado° a prender a Juan y lo había encadenado en una prisión por causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, pues se había casado° con ella. 18. Porque Juan decía a Herodes: No te es lícito tener la mujer de tu hermano.° 19. Y° Herodías lo aborrecía y quería matarlo, pero no podía, 20. porque Herodes, sabiendo que era un varón justo y santo, temía a Juan y lo protegía, y cuando lo oía, se quedaba muy perplejo;° pero con todo, le gustaba oírlo. 21. Sin embargo, llegó un día oportuno, cuando Herodes en su cumpleaños hizo un banquete a sus nobles, y a los tribunos y a los principales de Galilea, 22. entró también la propia hija° de Herodías, y habiendo danzado, agradó a Herodes y a los reclinados a la mesa con él. Y el rey dijo a la muchacha: ¡Pídeme lo que quieras, y te lo daré! 23. Y le juró: ¡Te daré lo que pidas, hasta la mitad de mi reino! 24. Y saliendo, dijo a su madre: ¿Qué pediría? Y ella dijo: ¡La cabeza de Juan, el que bautiza! 25. Y entrando de prisa ante el rey, le pidió, diciendo: ¡Dame ahora mismo la cabeza de Juan el Bautista en un trinchero!° 26. El rey se entristeció, pero a causa de los juramentos y de los que estaban reclinados a la mesa, no quiso desatenderla.° 27. Y enseguida envió el rey a un verdugo, y ordenó traer su cabeza.° Y yendo, lo decapitó en la prisión, 28. y trajo su cabeza en un trinchero, y la dio a la muchacha, y la muchacha la dio a su madre. 29. Cuando sus discípulos lo oyeron, vinieron y se llevaron su cadáver, y lo pusieron en un sepulcro. Alimentación de los cinco mil30. Los apóstoles se reúnen con Jesús y le cuentan todo cuanto habían hecho y cuanto habían enseñado. 31. Y les dice: Vosotros solos, venid aparte a un lugar solitario y descansad un poco (porque eran muchos los que iban y venían,° y ni para comer tenían tiempo). 32. Y se fueron en la barca a un lugar apartado y solitario. 33. Pero muchos los vieron yéndose y los reconocieron. Y a pie, desde todas las ciudades, concurrieron allá y llegaron antes que ellos.° 34. Al desembarcar° vio un gran gentío, y se le enternecieron las entrañas por ellos, porque eran como ovejas que no tienen pastor.° Y comenzó a enseñarles muchas cosas. 35. Y llegada una hora avanzada,° se le acercaron sus discípulos, diciendo: El lugar es desierto, y ya es hora avanzada;° 36. despídelos, para que vayan a las alquerías y aldeas de alrededor y compren para sí algo que comer. 37. Pero Él respondiendo, les dijo: Dadles vosotros de comer. Le dicen: ¿Que vayamos° a comprar panes por doscientos denarios y les demos de comer? 38. Entonces Él les dice: ¿Cuántos panes tenéis? Id y ved. Y al saberlo,° dicen: Cinco, y dos peces. 39. Y les mandó recostar a todos en grupos sobre la hierba verde. 40. Y se recostaron en grupos de cien y de cincuenta. 41. Y tomando los cinco panes y los dos peces, alzó los ojos al cielo, los bendijo y partió los panes; y los iba dando° a los discípulos para que los pusieran delante de ellos. También repartió los dos peces para todos. 42. Y todos comieron y se saciaron, 43. porque de los doce cestos recogieron en abundancia trozos de pan° y de los peces. 44. Y los que habían comido° eran cinco mil varones. Jesús anda sobre el mar45. Enseguida constriñó° a sus discípulos a subir a la barca, e ir delante a la otra orilla, hacia Betsaida, mientras Él despedía° a la multitud; 46. y después de despedirse de ellos, fue al monte a orar. 47. Llegada la noche, la barca estaba en medio del mar, y Él solo en la tierra. 48. Y viéndolos fatigados de remar, porque el viento les era contrario, hacia la cuarta vigilia de la noche, llega a ellos andando° sobre el mar; e hizo ademán de pasarlos. 49. Pero ellos, viéndolo caminar sobre el mar, pensaron: ¡Es un fantasma! Y gritaron, 50. porque todos lo vieron y se asustaron,° pero enseguida Él habló con ellos. Les dice: ¡Tened ánimo, Yo soy, no sigáis temiendo! 51. Y subió junto a ellos en la barca, y se calmó el viento; y se asombraban en gran manera,° 52. pues no habían entendido lo de los panes, sino que su corazón estaba embotado. Jesús sana a los enfermos en Genesaret53. Acabada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret y atracaron. 54. Y cuando ellos salieron de la barca, al instante lo reconocieron, 55. y recorriendo aquella región, comenzaron a llevar en catres a los enfermos,° adonde oían que Él estaba.° 56. Y dondequiera que entraba, en aldeas, ciudades o alquerías, colocaban a los enfermos en las plazas, y le rogaban que al menos pudieran tocar° el borde de su manto; y cuantos lo tocaban eran sanados. |