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miércoles, julio 17, 2024
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    Nehemías 1 - La Biblia Textual 3a Edicion

    Oración de Nehemías sobre Jerusalén

    1. Palabras de Nehemías ben Hacalías. Aconteció en el mes de Kislev° del año vigésimo,° que estando yo en Susa, la ciudadela,°

    2. llegó Hanani, uno de mis hermanos, con algunos hombres desde Judá. Y les pregunté acerca de los judíos evadidos, sobrevivientes del cautiverio, y acerca de Jerusalem.

    3. Y me dijeron: Los del remanente que quedan de la cautividad allí en la provincia están en gran desventura y humillación, y el muro de Jerusalem está lleno de brechas, y sus puertas han sido devastadas por el fuego.

    4. Cuando oí estas palabras me senté, lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré ante el Dios de los cielos,

    5. y exclamé: ¡Ay YHVH, Dios de los cielos! Grande y terrible° Dios, que guarda el pacto y la misericordia a los que lo aman y guardan sus mandamientos:

    6. Esté ahora atento tu oído y tus ojos abiertos, para oír la oración de tu siervo, que yo hago hoy ante ti, día y noche, por los hijos de Israel tus siervos, confesando los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti. ¡Sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado!

    7. Nos hemos corrompido en extremo ante ti, no guardando los mandamientos ni los estatutos ni los preceptos que Tú dictaste a tu siervo Moisés.

    8. Te ruego que te acuerdes de la palabra que Tú ordenaste a tu siervo Moisés, diciendo: Si vosotros prevaricáis, Yo os dispersaré entre los pueblos,

    9. pero si os volvéis a mí y observáis mis mandamientos y los cumplís, aunque vuestros exiliados estén en el extremo de los cielos, de allí Yo los recogeré y los conduciré de nuevo al lugar que escogí para que allí tabernaculice mi Nombre.

    10. Ellos pues son tus siervos y tu pueblo, los cuales rescataste con tu gran fortaleza y con tu mano poderosa.

    11. Te ruego, oh YHVH, esté atento ahora tu oído a la oración de tu siervo y a la oración de tus siervos que se complacen en temer tu Nombre, y da prosperidad, te lo ruego, a tu siervo hoy, y concédele gracia delante de este hombre. (Entonces yo era el copero del rey.)