30 C
Miami
lunes, agosto 19, 2024
Más


    Salmos 38 - La Biblia Textual 3a Edicion

    Oración de un penitente Salmo de David, para recordar.

    1. Salmo de David, para recordar.° Oh YHVH, no me reprendas en tu ira, Ni me castigues en tu ardiente indignación.

    2. Porque tus saetas se han clavado en mí, Y tu mano ha descendido sobre mí.

    3. Nada sano° hay en mi carne a causa de tu indignación, Nada intacto hay en mis huesos a causa de mi pecado.

    4. Porque mis iniquidades rebasan mi cabeza, Y como pesada carga se agravan sobre mí;

    5. Mis llagas hieden y supuran, Por causa de mi locura.

    6. Estoy encorvado, y abatido en gran manera; Todo el día camino ensombrecido,

    7. Porque mis lomos están llenos de ardor, Y nada sano hay en mi cuerpo.°

    8. Estoy debilitado y molido en gran manera, Gimo a causa de la conmoción de mi corazón.

    9. ¡Oh Adonay, ante ti están todos mis deseos, Y mi suspiro no te es oculto!

    10. Mi corazón palpita, me ha dejado mi vigor, Y la luz de mis ojos, aun ésta, me falta ya.

    11. Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi herida, Mis allegados permanecen a distancia.

    12. Los que buscan mi vida me tienden lazos, Y los que procuran mi desgracia dicen desventuras, Y traman engaños todo el día.

    13. Y yo no oigo, como si fuera sordo, Y como mudo, que no abre su boca.

    14. Sí, he llegado a ser como un hombre que no oye, Y en cuya boca faltan argumentos.

    15. Porque en ti, oh YHVH, espero, Y Tú, Adonay, Dios mío, serás quien me responda.

    16. Digo por tanto: No se alegren a costa mía; No se insolenten contra mí cuando mi pie resbale

    17. Porque estoy a punto de caer, Y mi dolor está ante mí continuamente.

    18. Te confesaré por tanto mi iniquidad, Y me contristaré por mi pecado.

    19. Mis enemigos están vivos y son fuertes, Y se han multiplicado los que me aborrecen sin causa.

    20. Me son hostiles, y me pagan mal por bien, Porque he seguido lo bueno.

    21. ¡No me desampares, oh YHVH, Dios mío, Ni te quedes lejos de mí!

    22. ¡Apresúrate a socorrerme, oh Adonay, salvación mía!