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jueves, julio 18, 2024
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    1 Samuel 21 - Torres Amat

    David huye de Saúl

    1. Y se levantó David y se fue; mas Jonatás volvió a la ciudad.

    2. Partió después David a Nobe a encontrar al sumo sacerdote Aquimelec. El cual quedó sorprendido de ver llegar a David, y le dijo: ¿Cómo es que vienes solo, sin que nadie te acompañe?

    3. Le respondió David: El rey me ha encargado una comisión, diciendo: Nadie sepa el negocio a que te envío, ni las órdenes que te he dado. Por cuyo motivo aun a mis gentes les he mandado que me esperen en tal y tal lugar.

    4. Ahora, pues, si tienes a mano aunque no sea más que cinco panes, dámelos, o cualquier cosa que hallares pues tenemos gran necesidad.

    5. A lo que respondió el sacerdote, diciéndole: No tengo a mano panes de legos o comunes, sino solamente el pan santo. Con todo, te lo daré, si es que tus criados están limpios, sobre todo en cuanto a mujeres.

    6. Respondió David al sumo sacerdote, diciéndole: Por lo que toca a mujeres, nos hemos contenido desde ayer, y antes de ayer, después que partimos; y los cuerpos de mi gente se han conservado puros. A la verdad el camino profano es, pero aún se purificará mi gente lavando sus cuerpos y vestidos.

    7. Le dio, pues, el sumo sacerdote el pan santificado, por no haber allí otro pan que los de la proposición, que se habían quitado de la presencia del Señor para poner otros calientes.

    8. Se hallaba aquel día allí dentro del Tabernáculo del Señor uno de los criados de Saúl, llamado Doeg, idumeo, el más poderoso de los pastores de Saúl.

    9. Dijo todavía David a Aquimelec: ¿Tienes aquí a mano alguna lanza o espada? pues no he traído conmigo mi espada ni mis armas; porque urgía la orden del rey.

    10. Le dijo el sumo sacerdote: Aquí tienes la espada del filisteo Goliat a quien tú mataste en el valle del Terebinto; envuelta está en su paño detrás del efod; si quieres llevarla, tómala, pues aquí no hay sino ésta. Le dijo David: No hay otra comparable a ella; dámela.

    11. Con esto se puso David en camino, huyendo por temor de Saúl, y se fue a Aquis, rey de Get.

    12. Mas los cortesanos de Aquis, luego que vieron a David, dijeron al rey: ¿No es éste aquel David, respetado como rey en su país? ¿No es éste aquel en cuya alabanza cantaban en medio de sus danzas: Mató Saúl a mil y David mató a diez mil?

    13. Paró David la consideración en esto que decían de él, y concibió grandísimo temor de Aquis, rey de Get.

    14. Y así comenzó a demudar su semblante delante de ellos, y se dejaba caer entre los brazos de la gente, dando de cabezadas contra las puertas, y haciendo correr la saliva por su barba.

    15. Dijo, pues, Aquis a sus criados: ¿Habéis visto un tal mentecato? ¿Por qué me lo habéis traído aquí?