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domingo, agosto 18, 2024
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    2 Reyes 9 - Torres Amat

    Jehú es ungido rey de Israel

    1. Por este tiempo el profeta Eliseo llamó a uno de los hijos de los profetas, y le dijo: Recoge tus faldas y cíñete, y toma esta vasija de óleo en tu mano, y ve a Ramot de Galaad.

    2. Llegado allá irás a verte con Jehú, hijo de Josafat, hijo de Namsi, y luego que entres le llamarás aparte de sus hermanos, y lo meterás en un aposento retirado.

    3. Y recogiendo la vasija de óleo, la derramarás sobre tu cabeza, diciendo: Esto dice el Señor: Yo te he ungido rey sobre Israel. Dicho esto abrirás la puerta, y huirás sin detenerte allí.

    4. Marchó, pues, este joven, ministro del profeta, a Ramot de Galaad,

    5. y entrando en el lugar de la ciudad donde estaban sentados los príncipes del ejército dijo: Una palabra tengo que decirte, oh príncipe. Preguntó Jehú: ¿A quién de todos nosotros? Y le respondió él: A ti, oh príncipe.

    6. Al punto se levantó, y entró en un aposento, y el otro derramó el óleo sobre su cabeza, diciendo: Esto dice el Señor Dios de Israel: Yo te he ungido rey del pueblo mío de Israel.

    7. Y exterminarás la casa de Acab, tu señor, y yo tomaré venganza de la sangre de mis siervos, los profetas, y de la sangre de todos los siervos del Señor, derramada por Jezabel.

    8. Y extirparé toda la familia de Acab, y mataré de la casa de Acab hasta los perros; desde lo más estimado hasta lo más vil y desechado en Israel.

    9. Y trataré la casa de Acab como a la casa de Jeroboam, hijo de Nabat, y como la casa de Baasa, hijo de Ahías.

    10. Y a Jezabel la comerán los perros en Jezrael, sin que haya quien la entierre. Dicho esto, abrió la puerta y echó a correr.

    11. Mas Jehú salió a donde estaban los oficiales de su señor; los cuales le preguntaron: ¿Todo va bien? ¿A qué ha venido a ti ese mentecato? Les respondió Jehú: Vosotros conocéis a ese hombre, y lo que puede haber dicho.

    12. No es la verdad, replicaron ellos, pero sea lo que fuere, cuéntanoslo. Jehú les dijo: Tal cosa es lo que me ha dicho; y ha añadido: Esto es lo que dice el Señor: Yo te he ungido por rey de Israel.

    13. Se levantaron entonces a toda prisa, y tomando cada uno su propio manto, le pusieron debajo de los pies de Jehú en forma de tribunal; y a son de trompetas lo proclamaron, diciendo: Jehú es nuestro rey.

    Jehú mata a Joram

    14. Por tanto se conjuró Jehú, hijo de Josafat, hijo de Namsi, contra Joram; después que éste con todo Israel tenía sitiada la plaza de Ramot de Galaad contra Hazael, rey de Siria,

    15. y se había retirado de Jezrael para curarse de las heridas que los siros le habían hecho en el combate contra Hazael, el rey de Siria. Dijo entonces Jehú: Si os parece, nadie salga ni huya de la ciudad, para que no vaya a dar la noticia en Jezrael.

    16. Partió luego él, y tomó el camino de Jezrael, donde estaba enfermo Joram; a quien Ocozías, rey de Judá, había ido a visitar.

    17. En efecto, el atalaya que estaba sobre la torre de Jezrael, vio la comitiva de Jehú, que venía caminando, y dijo: Allá veo un pelotón de gente. Y dijo Joram: Toma un carro, y despacha alguno que les salga al encuentro; y el que vaya pregunte: ¿Va todo bien?

    18. Con esto el que montó en el carro fue corriendo al encuentro de Jehú, y le dijo: Esto dice el rey: ¿Está todo en paz? Respondió Jehú: ¿Qué te importa a ti de la paz, o de la guerra, ponte atrás y sígueme. Al instante el atalaya dio aviso, diciendo: Llegó a ellos el correo y no vuelve.

    19. Por lo que despachó Joram un segundo carro de caballos, y así que llegó el correo a Jehú, dijo: Esto dice el rey: ¿Tenemos paz? Mas Jehú respondió: ¿Qué te importa a ti si hay paz? Ponte atrás y sígueme.

    20. Luego avisó el atalaya diciendo: Ha llegado hasta ellos, y no vuelve; y el modo de andar del que viene se parece al de Jehú, hijo de Namsi, pues camina con atropellamiento y precipitación.

    21. Entonces dijo Joram: Pon el coche. Le pusieron el coche, y salió Joram, rey de Israel, en compañía de Ocozías, rey de Judá, cada cual en su coche y fueron al encuentro de Jehú, y lo hallaron en el campo de Nabot, jezraelita.

    22. Apenas vio Joram a Jehú, dijo: ¿Tenemos paz, Jehú? ¿Qué paz puede haber, le respondió, mientras permanecen aún en su vigor las fornicaciones o idolatrías de tu madre Jezabel, y sus muchas hechicerías?

    23. Al punto Joram volvió las riendas y echó a huir diciendo Ocozías: Traición, Ocozías.

    24. Pero Jehú flechó su arco, y atravesó a Joram por las espaldas, de suerte que la saeta le pasó de parte a parte el corazón y de repente cayó muerto en su coche.

    25. Y Jehú le dijo al capitán Badacer: cógelo, y arrójalo en el campo de Nabot, jesraelita; porque me acuerdo cuando tú y yo sentados en el carro de guerra íbamos siguiendo a Acab, padre de éste, el Señor pronunció esta terrible sentencia contra él diciendo:

    26. Yo juro, dice el Señor, que en este campo tomaré venganza en ti de la sangre de Nabot y de la sangre de sus hijos, que te vi ayer derramar. Cógelo, pues, y arrójalo en el campo, conforme a la palabra del Señor.

    Jehú mata a Ocozías

    27. Al ver esto Ocozías, rey de Judá, echó a huir por el camino de la casa del huerto. Y corrió Jehú tras él, diciendo: Matad también a éste dentro de su coche. Y lo hicieron en la cuesta de Gaver, junto a Jeblaam, y siguió huyendo hasta Mageddo, donde murió.

    28. Y lo pusieron sus criados dentro de su coche; y lo llevaron a Jerusalén . Y lo sepultaron en la ciudad de David en el sepulcro de sus padres.

    29. Ocozías había comenzado a reinar sobre Judá el año undécimo de Joram, hijo de Acab.

    Muerte de Jezabel

    30. Entró, pues, Jehú en Jezrael. Jezabel, informada de su llegada se pintó los ojos con alcohol, y se adornó la cabeza y se puso en una ventana a mirar

    31. cómo entraba Jehú por la puerta de la ciudad, y dijo: ¿Es posible que pueda tener paz o prosperidad éste, que como Zambri ha muerto a su señor?

    32. Alzó Jehú la cabeza hacia la ventana y preguntó: ¿Quién es ésa? Y dos o tres eunucos, hicieron a Jehú una profunda reverencia.

    33. A los cuales dijo él: Arrojadla de ahí abajo. La arrojaron, y quedó la pared salpicada con su sangre; y la hollaron con sus pies los caballos.

    34. Y después que Jehú entró en el palacio para comer y beber, dijo a sus gentes: Id a ver a aquella maldita, y dadle sepultura que al fin es hija de un rey.

    35. Y habiendo ido para darle sepultura, no hallaron sino la calavera y los pies, y las extremidades de las manos.

    36. Volviendo a Jehú con la noticia, dijo éste: Eso es aquello mismo que pronunció el Señor por medio de su siervo Elías, tesbita, cuando dijo: En el campo de Jezrael comerán los perros las carnes de Jezabel;

    37. y estarán las carnes o huesos de Jezabel en el campo de Jezrael, como está el estiércol sobre la faz de la tierra; de suerte que los pasajeros dirán: ¡Y ésta es aquella Jezabel!