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sábado, julio 20, 2024
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    Éxodo 31 - Torres Amat

    Llamamiento de Bezaleel y de Aholiab

    1. Y habló el Señor a Moisés, diciendo:

    2. He aquí que tengo escogido nominadamente a Beseleel, hijo de Uri, nieto de Hur, de la tribu de Judá,

    3. y le he llenado del espíritu de Dios, de saber, y de inteligencia, y de ciencia, en toda suerte de labores,

    4. para inventar cuanto se pueda hacer artificiosamente de oro, y de plata, y de cobre,

    5. de mármol, y de piedras preciosas, y de diversas maderas.

    6. Y le he dado por compañero a Ooliab, hijo de Aquisamec, de la tribu de Dan; y he infundido en el corazón de todos los demás artistas hábiles cierta maestría, para que ejecuten todo lo que acabo de ordenarte,

    7. el Tabernáculo de la alianza, el arca del Testamento, y el propiciatorio que está sobre ella, y todo lo perteneciente al Tabernáculo,

    8. la mesa y sus vasos, el candelero de oro purísimo, con todo lo perteneciente a él, y el altar de los perfumes,

    9. y el de los holocaustos, y todos sus utensilios, la concha con su basa,

    10. las vestiduras sagradas que han de servir para el sumo sacerdote Aarón y para sus hijos, cuando ejerzan sus funciones sagradas;

    11. el óleo de la unción, y los perfumes aromáticos para el santuario: todo cuanto yo te he mandado, ellos lo ejecutarán.

    El día de reposo como señal

    12. Asimismo habló el Señor a Moisés:

    13. Amonesta, y di a los hijos de Israel: Mirad que guardeis mi sábado; porque él es un monumento establecido entre mí, y vosotros y vuestros descendientes, a fin de que reconozcáis que yo soy el Señor que os santifico.

    14. Guardad mi sábado; porque es sacrosanto para vosotros; el que le violare será castigado de muerte; el que trabajare en ese día, perecerá de en medio de su pueblo.

    15. Durante los seis días trabajaréis; mas el día séptimo es el sábado, descanso consagrado al Señor. Cualquiera que en tal día trabajare, será castigado de muerte.

    16. Observen los hijos de Israel el sábado, y celébrenle para siempre de generación en generación. Pacto es éste sempiterno

    17. entre mí y los hijos de Israel, y monumento perpetuo; porque en los seis días hizo el Señor el cielo y la tierra, y en el séptimo cesó la obra.

    El becerro de oro

    18. Concluidos estos razonamientos en el monte Sinaí , dio el Señor a Moisés las dos tablas de piedra, que contenían la ley, escritas por el dedo de Dios.