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domingo, agosto 18, 2024
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    Job 27 - Torres Amat

    Job describe el castigo de los malos

    1. Prosiguió todavía Job su parábola, y dijo:

    2. Vive Dios, el cual parece que ha abandonado mi causa, y el Todopoderoso que ha sumergido mi alma en la aflicción,

    3. que mientras haya aliento en mí, y me conserve Dios la respiración,

    4. no han de pronunciar mis labios cosa injusta, ni saldrá de mi boca mentira.

    5. Lejos de mí teneros por justos; hasta que fallezca no desistiré de defender mi inocencia.

    6. No abandonaré la justificación que he comenzado a hacer de mi conducta; puesto que nada me remuerde mi conciencia en todo el discurso de mi vida.

    7. Sea tenido por un impío mi enemigo, y por un injusto mi adversario.

    8. Porque, ¿qué esperanza queda al hipócrita después de sus avarientas rapiñas, si Dios no salva su alma?

    9. ¿Es acaso que Dios ha de escuchar sus clamores, cuando le sobrevenga la tribulación?

    10. ¿O podrá hallar consuelo en el Todopoderoso, e invocar a Dios en todo tiempo? No, por cierto.

    11. Yo con el favor de Dios os enseñaré las disposiciones del Omnipotente; no os ocultaré nada.

    12. Bien veo que todos vosotros las sabéis; mas, ¿por qué gastáis el tiempo inútilmente en vanos discursos?

    13. Oíd cuál será la suerte que Dios destina al impío, y la herencia que los hombres violentos recibirán del Todopoderoso.

    14. Si se multiplicaren los hijos, caerán al filo de la espada, y sus nietos nunca se verán hartos de pan.

    15. Los que quedaren de su linaje serán sepultados luego de muertos, y no harán duelo las viudas.

    16. Aunque haya amontonado plata como la tierra, y preparado vestidos tan fácilmente como se hace el barro,

    17. él en efecto los tendrá de prevención, mas el que se vestirá de ellos será el justo, y el inocente disfrutará y distribuirá la plata.

    18. Edificó su casa como hace la polilla, y como la cabaña que suele formar él guarda.

    19. Muriendo el rico nada llevará consigo; abrirá los ojos de su alma, y se hallará sin nada.

    20. Le sorprenderá alguna avenida de miserias; quedará oprimido por la tempestad nocturna.

    21. Un viento abrasador lo arrebatará y arrancará de cuajo; y a manera de huracán lo llevará lejos de su sitio.

    22. Y Dios descargará su ira sobre él, y no le perdonará; tentará mil remedios para escaparse de sus manos.

    23. Quien se pusiera a mirar el sitio en que el impío estaba, dará palmadas sobre su suerte, y le silbará.