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viernes, julio 19, 2024
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    Lucas 20 - Torres Amat

    La autoridad de Jesús

    1. En uno de estos días, estando él en el templo instruyendo al pueblo, y anunciándole la buena nueva, vinieron los príncipes de los sacerdotes y los escribas con los ancianos,

    2. y le hicieron esta pregunta: Dinos, ¿con qué autoridad haces estas cosas?; o ¿quién es el que te ha dado esa potestad?

    3. Pero Jesús , por respuesta, les dijo a ellos: También yo quiero haceros una pregunta, respondedme:

    4. El bautismo de Juan ¿era cosa del cielo o de los hombres?

    5. Mas ellos discurrían entre sí, diciendo: Si respondemos, que del cielo, nos dirá: Pues ¿por qué no habéis creído en él?

    6. Y si decimos de los hombres, el pueblo todo nos apedreará, teniendo por cierto, como tiene, que Juan era un profeta.

    7. Y así contestaron no saber de dónde fuese.

    8. Entonces Jesús les dijo: Tampoco yo quiero deciros con qué autoridad hago estas cosas.

    Los labradores malvados

    9. Luego comenzó a decir al pueblo esta parábola: Un hombre plantó una viña, y la arrendó a ciertos viñaderos; y él se ausentó lejos de allí por una larga temporada.

    10. A su tiempo envió un criado a los renteros, para que le diesen su parte de los frutos de la viña; mas ellos, después de haberle maltratado, le despacharon con las manos vacías.

    11. Envió de nuevo a otro criado; pero a éste también, después de herirle y llenarle de golpes, le remitieron sin nada.

    12. Les envió todavía otro; y a éste también le hirieron y echaron fuera.

    13. Dijo entonces el dueño de la viña: ¿Qué haré ya? Enviaré a mi hijo querido; quizá cuando le vean, le tendrán más respeto.

    14. Mas luego que los colonos le avistaron, discurrieron entre sí, diciendo: Este es el heredero, matémosle, a fin de que la heredad quede por nuestra.

    15. Y habiéndolo arrojado fuera de la viña, le mataron. ¿Qué hará, pues, con ellos el dueño de la viña?

    16. Vendrá y dará muerte y perderá a estos colonos, y dará su viña a otros. Lo que oído por los príncipes de los sacerdotes, dijeron: No lo permita Dios.

    17. Pero Jesús , clavando los ojos en ellos, dijo: ¿Pues qué quiere decir lo que está escrito: La piedra que desecharon los arquitectos, ésta misma vino a ser la principal piedra del ángulo?

    18. De suerte que quien cayese sobre la dicha piedra, se estrellará; y aquel sobre quien ella cayere, quedará hecho añicos.

    La cuestión del tributo

    19. Entonces los príncipes de los sacerdotes y los escribas desearon prenderle en aquella misma hora; porque bien conocieron que contra ellos se dirigía la parábola propuesta; mas temieron al pueblo.

    20. Entretanto, como andaban asechándole, enviaron espías, que hiciesen de virtuosos, para cogerle en alguna palabra, a fin de entregarle a la jurisdicción y potestad del gobernador.

    21. Así le propusieron una cuestión en estos términos: Maestro, bien sabemos que tú hablas, y enseñas lo que es justo, y que no andas con respetos humanos, sino que enseñas el camino de Dios según la verdad:

    22. ¿nos es lícito a nosotros pagar tributo a César, o no?

    23. Mas Jesús , conociendo su malicia, les dijo: ¿Para qué venís a tentarme?

    24. Mostradme un denario: ¿De quién es la imagen e inscripción que tiene? Le respondieron: De César.

    25. Les dijo entonces: Pagad, pues, a César lo que es de César; y a Dios lo que es de Dios.

    26. Y no pudieron reprender su respuesta delante del pueblo; antes bien, admirados de ella, callaron.

    La pregunta sobre la resurrección

    27. Llegaron después algunos de los saduceos, los cuales niegan la resurrección y le propusieron este caso, con el cual pensaban enredarle:

    28. Maestro, Moisés nos dejó escrito que si el hermano de alguno, estando casado, viene a morir sin hijos, el hermano de éste se case con su mujer, y dé sucesión a su hermano.

    29. Eran, pues, siete hermanos, el primero tomó mujer, y murió sin hijos;

    30. el segundo se casó con la viuda, y murió también sin dejar hijos;

    31. con lo que se desposó con ella el tercero; eso mismo hicieron todos los demás; y sin tener sucesión fallecieron;

    32. en fin, la última de todos murió la mujer.

    33. Esto supuesto, en la resurrección ¿de cuál de los siete será mujer ya que todos siete tuvieron por mujer a la misma?

    34. Les respondió Jesús : Los hijos de este siglo contraen matrimonios recíprocamente;

    35. pero entre los que serán juzgados dignos del otro siglo y de la resurrección de entre los muertos, ni los hombres tomarán mujeres, ni las mujeres maridos.

    36. Porque ya no podrán morir otra vez, siendo iguales a los ángeles e hijos de Dios, por el estado de la resurrección .

    37. Por lo demás, que los muertos hayan de resucitar, Moisés lo declaró cuando, estando junto a la zarza, le dijo el Señor: Yo soy el Dios de Abrahán, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob .

    38. Claro está que Dios no es Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos viven.

    39. Entonces algunos de los escribas, tomando la palabra, le dijeron: Maestro, bien has respondido.

    40. Y de allí adelante ya no se atrevieron a preguntarle nada.

    ¿De quién es hijo el Cristo?

    41. El les replicó: ¿Cómo dicen que el Cristo es hijo de David,

    42. siendo así que David mismo en el libro de los Salmos, dice: Dijo el Señor a mi Señor, siéntate a mi diestra,

    43. hasta tanto que yo ponga a tus enemigos por tarima de tus pies?

    44. Pues si David le llama su Señor, ¿cómo puede ser hijo suyo?

    Jesús acusa a los escribas

    45. Después, oyéndolo todo el pueblo, dijo a sus discípulos:

    46. Guardaos de los escribas, que hacen pompa de pasearse con vestidos rozagantes, y gustan de ser saludados en las plazas; y de ocupar las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros puestos en los convites;

    47. que devoran las casas de las viudas, con el pretexto de hacer larga oración: éstos serán condenados con mayor rigor.