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sábado, agosto 17, 2024
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    Proverbios 4 - Torres Amat

    Beneficios de la sabiduría

    1. Oíd, hijos míos, las instrucciones de un padre, y estad atentos para aprender la prudencia.

    2. Yo quiero daros un rico don, no abandonéis mis preceptos.

    3. Porque también yo fui un hijo querido de mi padre, y amado tiernamente, como único de mi madre,

    4. y él, instruyéndome, me decía: Reciba tu corazón mis palabras, observa mis preceptos, y vivirás feliz.

    5. Procura adquirir la sabiduría, veas de alcanzar la prudencia, y no te olvides ni apartes las palabras de mi boca.

    6. No abandones la sabiduría, porque ella será tu protectora: ámala y ella será tu salvación.

    7. El principio de la sabiduría es trabajar por adquirirla. Y así, a costa de cuanto posees, procura adquirir la prudencia;

    8. aplica todos tus esfuerzos para alcanzarla; y ella te ensalzará; te llenará de gloria cuando la estreches en tus brazos.

    9. Añadirá adornos graciosos a tu cabeza, y ceñirá tus sienes con esclarecida diadema.

    10. ¡Oh hijo mío!, escucha y recibe mis documentos, para que logres muchos años de vida.

    11. Yo te mostraré el camino de la sabiduría, te guiaré por la senda de la justicia;

    12. y entrado que hayas en ella, no se verán tus pies en estrechuras, ni hallarás tropiezo alguno en su carrera.

    13. Mantente adicto a la instrucción: nunca la abandones; guárdala bien, pues ella es tu vida.

    14. No te aficiones a los caminos de los impíos; ni te agrade la senda de los malvados;

    15. húyela, no pongas el pie en ella; desvíate y abandónala.

    16. Porque los impíos no duermen, si antes no han hecho algún mal; y si primero no han causado la ruina de alguno, no pueden conciliar el sueño.

    17. Como de pan se alimentan de la impiedad, y beben como vino la injusticia.

    18. La senda de los justos es como una luz brillante, que va en aumento y crece hasta el mediodía.

    19. Al contrario, el camino de los impíos está lleno de tinieblas; no advierten el precipicio en que van a caer.

    20. Escucha, hijo mío, mis razonamientos, y atiende mis palabras.

    21. Jamás las pierdas de vista, deposítalas en lo íntimo de tu corazón;

    22. porque son vida para quienes la reciben, y salud o medicina para todo hombre.

    23. Guarda tu corazón con toda vigilancia, porque de él mana la vida.

    24. Arroja de tu lengua la malignidad; y lejos esté de tus labios la detracción.

    25. Dirige siempre tus ojos rectamente, y que se adelante tu vista a los pasos que des.

    26. Examina la senda en que pones tus pies, y serán firmes todos tus pasos.

    27. No tuerzas ni a la diestra ni a la siniestra; retira tu pie de todo mal paso; porque ama el Señor los caminos que están a la derecha; pero los que caen a la siniestra son caminos de perdición. Mas él hará que sea recto tu camino, y que avances felizmente en tu viaje.