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miércoles, julio 17, 2024
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    1 Reyes 17 - Reina Valera Contemporanea

    Elías predice la sequía

    1. Elías, un tisbita que vivía en Galaad, fue a decirle a Ajab: «Vive el Señor, Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que en los años que vienen no va a llover, y ni siquiera va a caer rocío, a menos que yo lo diga.»

    2. Además, la palabra del Señor vino a Elías y le dijo:

    3. «Sal de este lugar y vete al oriente; escóndete allí, cerca del arroyo de Querit, frente al río Jordán.

    4. Saciarás tu sed en el arroyo, y ya he mandado a los cuervos que te lleven de comer.»

    5. Elías fue obediente a la palabra del Señor, y se fue a vivir cerca del arroyo de Querit, frente al río Jordán.

    6. Los cuervos llegaban por la mañana y por la tarde, y le llevaban pan y carne, y él bebía agua del arroyo.

    7. Pero después de algunos días el arroyo se secó, porque no había llovido sobre la tierra.

    Elías y la viuda de Sarepta

    8. La palabra del Señor vino a Elías y le dijo:

    9. «Deja este lugar y vete a vivir por algún tiempo en Sarepta de Sidón. Ya he dispuesto que una viuda que allí vive te dé de comer.»

    10. Elías abandonó ese lugar y partió a Sarepta. Cuando llegó a la entrada de la ciudad, vio a una mujer que recogía leña. Era viuda. Elías la llamó y le dijo: «Te ruego que me des a beber un vaso de agua.»

    11. Ya iba la mujer por el agua, cuando Elías la llamó y le dijo: «También te ruego que me traigas un poco de pan.»

    12. Pero ella le respondió: «Te juro por el Señor, tu Dios, que no he cocido pan. Sólo me queda un poco de harina en la tinaja, y unas gotas de aceite en una vasija. Con los leños que me viste recoger, voy a cocer el último pan para mi hijo y para mí. Después de comerlo, nos dejaremos morir.»

    13. Pero Elías le dijo: «No tengas miedo. Ve y haz lo que quieres hacer, pero antes cuece una pequeña torta bajo el rescoldo, y tráemela; después cocerás pan para ti y para tu hijo.

    14. El Señor, el Dios de Israel, me ha dicho: “No va a faltar harina en la tinaja, ni va a disminuir el aceite de la vasija, hasta el día en que el Señor haga llover sobre la tierra.”»

    15. La viuda hizo lo que Elías le dijo, y los tres comieron durante muchos días.

    16. Y tal y como el Señor se lo prometió a Elías, no faltó harina en la tinaja ni bajó de nivel el aceite en la vasija.

    17. Pero, un día, el hijo de la viuda cayó gravemente enfermo y se murió.

    18. Entonces ella le dijo al profeta: «¿Qué tengo yo que ver contigo, varón de Dios? ¿Has venido a hacerme recordar mis pecados, y a hacer que mi hijo se muera?»

    19. Y Elías le dijo: «Déjame ver a tu hijo.» Y se lo quitó de los brazos, y lo llevó al lugar donde él dormía, y lo recostó sobre su cama;

    20. luego, clamó al Señor y le dijo: «Señor, mi Dios, ¿acaso a la viuda que me hospedó en su casa, y que me dio de comer, vas a afligirla dejando morir a su hijo?»

    21. Dicho esto, se tendió sobre el niño tres veces, mientras clamaba al Señor con estas palabras: «Señor y Dios mío, te ruego que le devuelvas la vida a este niño.»

    22. El Señor oyó su petición, y el alma del niño volvió a su cuerpo, y el niño recobró la vida.

    23. Entonces el profeta tomó al niño y lo llevó con su madre, y le dijo: «Mira, ¡tu hijo está vivo!»

    24. Entonces la mujer le dijo: «Hoy he comprobado que tú eres un varón de Dios, y que en tus labios la palabra del Señor se hace verdad.»