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miércoles, julio 17, 2024
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    Ester 5 - Reina Valera Contemporanea

    Ester invita al rey y a Amán a un banquete

    1. Al tercer día, Ester se puso su vestido real y entró en el patio interior de la casa del rey, justamente frente al aposento real. Allí, en el aposento real, estaba el rey sentado en su trono,

    2. y al ver a la reina Ester en el patio, la vio con mucho agrado y extendió hacia ella el cetro de oro que tenía en la mano. Ester se acercó entonces y tocó la punta del cetro,

    3. mientras el rey le decía: «¿Qué te pasa, reina Ester? ¿Qué es lo que deseas? ¡Aun la mitad del reino te será concedido!»

    4. Y Ester dijo: «Dígnese Su Majestad asistir hoy con Amán al banquete que para Su Majestad he preparado.»

    5. El rey respondió: «De prisa, llamen a Amán, y hagan lo que Ester ha dicho.» Y así el rey fue con Amán al banquete que Ester había preparado.

    6. Ya en el banquete, y mientras bebían vino, el rey le dijo a Ester: «¿Cuál es tu petición, que te será concedida? ¿Qué es lo que deseas? ¡Aun la mitad del reino te será concedido!»

    7. Ester respondió: «Ésta es mi petición. Éste es mi deseo:

    8. Si merezco que Su Majestad me vea con buenos ojos, y si Su Majestad se digna concederme lo que pido y deseo, le ruego venir con Amán a otro banquete que les prepararé mañana, y entonces haré lo que el rey ha ordenado.»

    9. Ese día Amán salió contento y rebosante de alegría; pero cuando vio que Mardoqueo estaba a la puerta del palacio del rey, y que no se levantaba ni se movía de su lugar, se llenó de ira contra él.

    10. Sin embargo, contuvo su enojo y se fue a su casa; allí mandó llamar a sus amigos y a Zeres, su mujer,

    11. y les habló de sus muchas riquezas y de sus muchos hijos, y de todo aquello con que el rey le había engrandecido y honrado por encima de los príncipes y siervos del rey.

    12. Y añadió: «Incluso la reina Ester no invitó a nadie más al banquete que ella había preparado para el rey, sino sólo a mí; y también me ha invitado para el banquete de mañana con el rey.

    13. Pero todo esto no me sirve de nada cada vez que veo al judío Mardoqueo sentado a la puerta del rey.»

    14. Entonces Zeres, su mujer, le aconsejó, y también todos sus amigos: «Que hagan una horca de cincuenta codos de altura. Y mañana, cuando veas al rey, pídele que cuelguen allí a Mardoqueo. Y tú, ve con el rey al banquete, y alégrate y pásalo bien.» Esto le pareció bien a Amán, y mandó preparar la horca.