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    2 Samuel 18 - Versión Israelita Nazarena 2011

    Muerte de Absalón

    1. Dawid pasó revista a las tropas que estaban con él, y puso sobre ellos capitanes de millares y capitanes de centenas.

    2. Dawid envió a las tropas: una tercera parte al mando de Yoav, otra tercera parte al mando de Avishay, hijo de Tseruyah y hermano de Yoav, y la otra tercera parte al mando de Itay el guitita. Y el rey dijo a las tropas: “Yo mismo marcharé también con ustedes”.

    3. Pero las tropas dijeron: “No vayas; porque si algunos de nosotros tenemos que huir, el resto no se preocupará por nosotros; aunque muera la mitad de nosotros, los demás no se preocuparán por nosotros. Pero tú vales por diez mil de nosotros. Así que es mejor que nos apoyes desde la ciudad”.

    4. Y el rey les dijo: “Haré lo que les parezca mejor”. Así que el rey se quedó de pie junto a la puerta mientras todas las tropas salían de cien en cien y de mil en mil.

    5. El rey dio órdenes a Yoav, a Avishay y a Itay: “Traten bien a mi muchacho Avshalom, por consideración a mí”. Todas las tropas oyeron cuando el rey dio orden a todos los oficiales acerca de Avshalom.

    6. Las tropas salieron al campo a enfrentarse a los yisraelitas, y se dio la batalla en el bosque de Efráyim.

    7. Allí cayeron las tropas yisraelitas ante los seguidores de Dawid, y aquel día hubo allí una gran matanza –veinte mil hombres.

    8. La batalla se extendió por toda la región, y aquel día el bosque devoró más gente que la que había devorado la espada.

    9. Avshalom se encontró con unos servidores de Dawid. Avshalom iba montado sobre un mulo, y el mulo se metió por debajo del espeso ramaje de una gran encina, y a Avshalom se le enredó la cabeza en la encina; quedó colgado entre el cielo y la tierra, mientras el mulo que estaba debajo de él siguió adelante.

    10. Uno de los hombres lo vio y le avisó a Yoav: “Acabo de ver a Avshalom colgado de una encina”.

    11. Yoav le dijo al hombre que le dio la noticia: “¡Tú lo viste! ¿Por qué no lo mataste allí mismo y lo derribaste al suelo? Yo te hubiera dado diez piezas de plata y un cinturón”.

    12. Pero el hombre le respondió a Yoav: “Aunque yo recibiera en mi mano mil piezas de plata, no levantaría una mano contra el hijo del rey. Porque nosotros oímos cuando el rey les ordenó a ti, a Avishay y a Itay:“Cuídenme a mi muchacho Avshalom, por consideración a mí”.

    13. Si yo me hubiera traicionado a mí mismo –y nada se le esconde al rey– tú mismo habrías estado en contra.

    14. Yoav respondió: “Entonces no esperaré por ti”. Tomó tres dardos en su mano y los clavó en el pecho de Avshalom. [Avshalom] aún estaba vivo en medio de la encina,

    15. cuando lo rodearon diez jóvenes, escuderos de Yoav, e hirieron a Avshalom y lo remataron.

    16. Entonces Yoav tocó el shofar, y las tropas dejaron de perseguir a Yisrael, porque Yoav detuvo a las tropas.

    17. Tomaron después a Avshalom, lo echaron en un gran hoyo en el bosque y levantaron sobre él un gran montón de piedras. Entonces todos los yisraelitas huyeron a sus casas.

    18. En vida Avshalom había mandado erigir para sí un monumento que está en el Valle del Rey, porque había dicho: “Yo no tengo un hijo que mantenga vivo mi nombre”. Le puso su nombre a aquel monumento, y hasta el día de hoy se llama Monumento de Avshalom.

    19. Entonces Ajimáats hijo de Tsadoq dijo: “Déjame correr y darle las buenas noticias al rey, de cómo Yahweh lo ha vindicado contra sus enemigos.

    20. Pero Yoav le respondió: “No serás tú quien lleve las noticias hoy. Las llevarás otro día, pero no llevarás las noticias hoy; ¡porque ha muerto el hijo del rey!”

    21. Y Yoav le dijo a un kushita: “Ve tú e infórmale al rey lo que has visto”. El kushita se postró ante Yoav y salió corriendo.

    22. Entonces Ajimáats hijo de Tsadoq volvió a decirle a Yoav: “Sea como sea, déjame correr también tras el kushita”. Yoav le dijo: “Hijo mío, ¿para qué vas a correr, si no te van a dar un premio por las noticias?”

    23. Pero él respondió: “De todas maneras voy a correr”. Entonces le dijo: “Pues corre”. Ajimáats corrió por el camino de la llanura y le pasó al kushita.

    24. Dawid estaba sentado entre las dos puertas. El centinela de la azotea de la puerta caminó hasta la muralla de la ciudad. Miró y vio a un hombre que corría solo.

    25. El centinela llamó y le informó al rey. Y el rey dijo: “Si viene solo, trae buenas noticias. Al ir acercándose,

    26. el centinela vio a otro hombre que corría; y el centinela llamó al portero diciendo: “¡Otro hombre viene corriendo solo!” Y el rey dijo: “Ese también trae buenas noticias”.

    27. El centinela volvió a decir: “Por la manera de correr del primero se me parece a Ajimáats hijo de Tsadoq; a lo que el rey respondió: “Ese es un hombre de bien y trae buenas noticias”.

    28. Ajimáats llamó y le dijo al rey: “¡Todo está bien! Se postró ante el rey con el rostro en tierra y añadió: “¡Bendito sea Yahweh tu Elohim, que ha entregado a los hombres que habían levantado su mano contra mi amo el rey!

    29. El rey le preguntó: “¿Está bien mi muchacho Avshalom?” Ajimáats respondió: “Cuando Yoav el servidor del rey envió a este servidor, vi una gran multitud, pero no supe de qué se trataba”.

    30. El rey dijo: “Ponte a un lado y quédate ahí”; él se hizo a un lado y esperó.

    31. En ese momento llegó el kushita; y el kushita dijo: “Reciba mi amo el rey la buena noticia de que Yahweh lo ha vindicado contra todos los que se rebelaron contra usted”.

    32. El rey le preguntó al kushita: “¿Está bien mi muchacho Avshalom?” El kushita respondió: “¡Que los enemigos de mi amo el rey, y todos los que se levantan contra usted para mal estén como aquel joven!”

    33. El rey se estremeció. Subió a la sala que estaba encima de la puerta y lloró, diciendo mientras subía: “¡Hijo mío Avshalom! ¡Hijo mío, hijo mío Avshalom! ¡Si hubiera muerto yo en tu lugar, Avshalom, hijo mío, hijo mío!”