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sábado, agosto 17, 2024
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    Eclesiastés 8 - Versión Israelita Nazarena 2011

    1. ¿Quién como el sabio? ¿Quién conoce la interpretación de las cosas? La sabiduría del hombre ilumina su rostro y transforma la dureza de su semblante.

    2. Obedece el mandato del rey, digo yo; a causa del juramento que le has hecho a Elohim,

    3. no te apresures a irte de su presencia, ni te detengas en algo malo, porque él hará todo lo que le plazca.

    4. Ya que la palabra del rey tiene poder, ¿quién le pedirá cuentas de lo que hace?

    5. El que guarda el mandamiento no conocerá el mal. La mente del sabio conoce el tiempo y el proceder.

    6. Pues para todo deseo hay un tiempo y un proceder, aunque grande es el mal que le sobreviene al hombre.

    7. Porque éste no sabe lo que va a suceder; pues lo que ha de ser, ¿quién se lo declarará?

    8. No hay hombre que tenga poder sobre el hálito de vida, como para retenerlo, ni poder sobre el día de la muerte. No hay tregua en semejante guerra, ni la maldad librará a los que la poseen.

    9. Todo esto he observado, y he dedicado mi mente a todo lo que se hace debajo del sol. Hay tiempo en que el hombre domina al hombre, para su propio mal.

    Desigualdades de la vida

    10. Asimismo, he observado esto: que a los malvados, que antes entraban y salían del lugar santo, los sepultan y los elogian en la ciudad donde así se portaron. Esto también es vanidad.

    11. Cuando la sentencia contra una mala obra no se ejecuta enseguida, la mente de los humanos queda más predispuesta para hacer el mal.

    12. Aunque un pecador haga mal cien veces y prolongue sus días, con todo yo sé que a los que respetan a ha'Elohim, a los que respetan ante su presencia, les irá bien.

    13. Pero al impío no le irá bien, ni se le alargarán sus días como la sombra; porque no respeta ante la presencia de Elohim.

    14. Hay una vanidad que se hace sobre la tierra: Hay justos a quienes les sucede como si hicieran obras de impíos, y hay impíos a quienes les sucede como si hicieran obras de justos. Digo que esto también es vanidad.

    15. Por eso yo elogio la alegría, pues el hombre no tiene debajo del sol ningún bien mejor que comer, beber y alegrarse. Esto es lo que le queda por su duro trabajo en los días de su vida que ha'Elohim le ha dado debajo del sol.

    16. Al dedicar mi mente a conocer la sabiduría y a ver la tarea que se realiza sobre la tierra (porque ni de noche ni de día los ojos del hombre disfrutan del sueño),

    17. vi todas las obras de ha'Elohim. Ciertamente el hombre no logra comprender la obra que se hace debajo del sol. Por más que se esfuerce buscándolo, no lo alcanzará; aunque el sabio diga que lo conoce, no por eso podrá lograrlo.