30.5 C
Miami
miércoles, julio 17, 2024
Más


    Ester 9 - Versión Israelita Nazarena 2011

    Los judíos destruyen a sus enemigos

    1. Y así, el día trece del mes duodécimo –que es el mes de adar– cuando habían de ejecutarse la palabra del rey y su decreto, el mismo día en que los enemigos de los yahuditas esperaban ganar poder sobre ellos, ocurrió todo lo contrario, y los yahuditas ganaron poder sobre sus enemigos.

    2. En todas las provincias del rey Ajashwerosh, los yahuditas se reunieron en sus ciudades para atacar a los que habían procurado su mal; y nadie los pudo resistir, porque en todos los pueblos había caído el miedo a ellos.

    3. Todos los oficiales de las provincias –los sátrapas, los gobernadores y los mayordomos del rey– mostraban deferencia a los yahuditas, porque el miedo a Mordekhay había caído sobre ellos.

    4. Pues Mordekhay era ahora influyente en el palacio real, y su fama se extendía por todas las provincias; Mordekhay se hacía cada vez más poderoso.

    5. Los yahuditas dieron a sus enemigos un golpe de espada, matando y destruyendo; hicieron con sus enemigos lo que quisieron.

    6. En la ciudadela de Shushán los yahuditas mataron un total de quinientos hombres.

    7. También mataron a Parshandata, Dalfón, Aspata,

    8. Porata, Adalyah, Aridata,

    9. Parmashta, Arisay, Ariday y Waizata,

    10. los diez hijos de Hamán hijo de Hamedata, el enemigo de los yahuditas. Pero no echaron mano a sus despojos.

    11. Cuando se le informó al rey ese mismo día el número de los muertos en la ciudadela de Shushán,

    12. el rey dijo a la reina Ester: “En la ciudadela de Shushán solamente los yahuditas han matado un total de quinientos hombres, así como a los diez hijos de Hamán, ¡qué habrán hecho entonces en las otras provincias del rey! ¿Cuál es tu deseo ahora? Se te cumplirá. ¿Y qué más solicitas? Se te concederá”.

    13. Ester respondió: “Si a Su Majestad le parece bien, que se les permita a los yahuditas en Shushán actuar mañana también como lo hicieron hoy; y que empalen en el madero a los diez hijos de Hamán”.

    14. El rey mandó que se hiciera así, y el decreto se promulgó en Shushán. A los diez hijos de Hamán los empalaron:

    15. y los yahuditas que estaban en Shushán se congregaron otra vez el día catorce del mes de adar, y mataron en Shushán a trescientos hombres. Pero no echaron mano a sus despojos.

    16. El resto de los yahuditas que estaban en las provincias del rey se congregó de igual manera y peleó por sus vidas. Dispusieron de sus enemigos, matando a setenta y cinco mil de sus adversarios: pero no echaron mano a sus despojos.

    17. Esto ocurrió el día trece del mes de adar; y el día catorce del mismo mes reposaron y lo hicieron día de banquete y de regocijo.

    18. (Pero los yahuditas que estaban en Shushán se congregaron el trece y también el catorce del mismo mes, y el quince del mes reposaron y lo hicieron día de banquete y de regocijo.)

    19. Por eso es que los yahuditas de las aldeas, que viven en poblados sin muros, observan el catorce del mes de adar y lo hacen un día de alegría y de banquete, y día de fiesta y ocasión para enviarse regalos unos a otros.

    20. Mordekhay registró estos sucesos. Y envió despachos a todos los yahuditas que estaban en las provincias del rey Ajashwerosh, cercanas y lejanas,

    21. ordenándoles que celebraran cada año los días catorce y quince del mes de adar

    22. –los mismos días en que los yahuditas tuvieron reposo de sus adversarios y el mismo mes que se cambió de tristeza en alegría, y de duelo en día de fiesta. Habían de celebrarlos como días de banquete y de regocijo, y como ocasión para enviarse regalos unos a otros, y obsequios a los pobres.

    23. Los yahuditas asumieron como una obligación lo que habían comenzado a practicar y que les había prescrito Mordekhay.

    24. Porque Hamán hijo de Hamedata, el agaguita, el enemigo de todos los yahuditas, había planeado la destrucción de los yahuditas y había realizado un pur – es decir, un sorteo– con la intención de aplastarlos y exterminarlos.

    25. Pero cuando [Ester] fue a la presencia del rey, éste declaró: “Con la promulgación de este decreto, que el perverso plan que concibió contra los yahuditas recaiga sobre su cabeza”. Y lo empalaron a él y a sus hijos en el madero.

    26. Por eso llamaron a estos días Purim, de la palabra pur. Así que, en vista de todas las instrucciones de la mencionada carta y de lo que ellos habían experimentado al respecto y de lo que les había sucedido,

    27. los yahuditas establecieron y se comprometieron irrevocablemente ellos mismos, sus descendientes y todos los que pudieran unirse a ellos, a observar estos dos días de la manera prescrita y en su respectiva fecha cada año.

    28. Por consiguiente, estos días se recuerdan y se celebran en todas las generaciones, en todas las familias, provincias y ciudades. Y estos días de Purim nunca dejarán de celebrarse entre los yahuditas, y el recuerdo de ellos nunca perecerá entre sus descendientes.

    29. La reina Ester hija de Avijáyil escribió una segunda carta de Purim con el propósito de confirmar con plena autoridad la carta antes mencionada del yahudita Mordekhay.

    30. Se enviaron despachos a todos los yahuditas en las ciento veintisiete provincias del reino de Ajashwerosh, con una ordenanza de “equidad y honestidad”.

    31. Estos días de Purim se observarán en sus fechas señaladas, tal como el yahudita Mordekhay –y luego la reina Ester– los habían comprometido a hacer, y tal como habían asumido por ellos mismos y por sus descendientes la obligación de sus ayunos con sus lamentaciones.

    32. Y la ordenanza de Ester validando estas observancias de Purim se registró en un rollo.