31.9 C
Miami
jueves, julio 18, 2024
Más


    Éxodo 10 - Versión Israelita Nazarena 2011

    La plaga de langostas

    1. Entonces Yahweh le dijo Mosheh: “Ve donde el Paroh. Porque yo he endurecido su corazón y los corazones de sus cortesanos, para poder desplegar estas señales mías entre ellos,

    2. y que ustedes les cuenten a sus hijos y a los hijos de sus hijos cómo me burlé de los mitsritas y cómo desplegué mis señales entre ellos para que ustedes sepan que yo soy Yahweh”.

    3. Así que Mosheh y Aharón fueron donde el Paroh y le dijeron: “Así dice Yahweh, el Elohim de los hebreos, ‘¿Por cuánto tiempo rehusarás humillarte delante de mí? Deja ir a mi pueblo para que me adoren.

    4. Porque si rehusas dejar ir a mi pueblo, mañana traeré langostas sobre tu territorio.

    5. Cubrirán la superficie del país, de manera que nadie podrá ver el suelo. Ellas devorarán el residuo sobreviviente que te quedó después del granizo; y devorarán todos tus árboles que crecen en el campo.

    6. Además llenarán tus palacios y las casas de todos tus cortesanos y de todos los mitsritas –algo que ni tus padres ni los padres de tus padres han visto desde el día en que aparecieron sobre la tierra hasta el día de hoy’”. Con eso se volvió y salió de la presencia del Paroh.

    7. Los cortesanos del Paroh le dijeron: “¿Por cuánto tiempo va éste a ser una trampa para nosotros? ¡Deja que los hombres vayan a adorar a Yahweh su Elohim! ¿Todavía no te has dado cuenta de que Mitsráyim ha perecido?”

    8. Así que trajeron de nuevo a Mosheh y a Aharón delante del Paroh y él les dijo: “¡Vayan y adoren a Yahweh su Elohim! ¿Quiénes son los que van a ir?”

    9. Mosheh contestó: “Iremos todos, jóvenes y viejos: iremos con nuestros hijos e hijas, nuestros rebaños y manadas; porque tenemos que observar la festividad de Yahweh”.

    10. Pero él les dijo: “¡Que Yahweh esté contigo si yo tengo intenciones de dejar ir a los niños contigo! Claramente, tienes malas intenciones.

    11. ¡No! Vayan ustedes los hombres y adoren a Yahweh, ya que eso es lo que ustedes quieren”. Y los expulsaron de la presencia del Paroh.

    12. Entonces Yahweh le dijo a Mosheh: “Extiende tu mano sobre la tierra de Mitsráyim para que las langostas vengan sobre la tierra de Mitsráyim y devoren todas las hierbas en el país, todo lo que ha dejado el granizo”.

    13. Así que Mosheh sostuvo su vara sobre la tierra de Mitsráyim, y Yahweh atrajo un viento oriental sobre la tierra todo aquel día y toda la noche; y cuando llegó la mañana, el viento oriental había traído las langostas.

    14. Las langostas invadieron toda la tierra de Mitsráyim y se posaron en todo el territorio de Mitsráyim en una masa espesa; nunca antes había habido tantas, y nunca más habrá tantas.

    15. Ocultaban toda la tierra de la vista, y la tierra quedó oscurecida; y devoraron todas las hierbas del campo y todos los frutos de los árboles que había dejado el granizo, de manera que no quedó nada verde, de los árboles y la hierba del campo, en toda la tierra de Mitsráyim.

    16. El Paroh convocó apresuradamente a Mosheh y Aharón y les dijo: “He pecado delante de Yahweh su Elohim y delante de ustedes.

    17. Perdónenme mi ofensa sólo esta vez, e intercedan ante Yahweh su Elohim para que quite de mí esta muerte”.

    18. Así que salió de la presencia del Paroh e intercedió ante Yahweh.

    19. Yahweh produjo un cambio de viento bien fuerte desde el oeste, que levantó las langostas y las arrojó al Mar de los Juncos; ni una sola langosta quedó en todo el territorio de Mitsráyim.

    20. Pero Yahweh endureció el corazón del Paroh, y no dejó ir a los yisraelitas.

    La plaga de tinieblas

    21. Entonces Yahweh le dijo a Mosheh: “Extiende tu mano hacia el cielo para que haya oscuridad sobre la tierra de Mitsráyim, una oscuridad que se pueda palpar”.

    22. Mosheh extendió su brazo hacia el cielo y una oscuridad densa descendió sobre toda la tierra de Mitsráyim por tres días.

    23. La gente no se podía ver unos a otros, y por tres días nadie se pudo levantar de donde estaba; pero todos los yisraelitas disfrutaban de luz en sus moradas.

    24. El Paroh entonces convocó a Mosheh y dijo: “¡Vayan y adoren a Yahweh! Sólo sus rebaños y sus manadas deberán dejar atrás; aun sus niños pueden ir con ustedes”.

    25. Pero Mosheh dijo: “Usted debe proveernos sacrificios y ofrendas quemadas para ofrecer a Yahweh nuestro Elohim;

    26. nuestros animales irán también con nosotros –ni una pezuña se quedará atrás; porque de ellos tenemos que escoger para la adoración a Yahweh nuestro Elohim; y no sabremos con qué vamos a adorar a Yahweh hasta que lleguemos allá”.

    27. Pero Yahweh le endureció el corazón al Paroh y no estuvo de acuerdo en dejarlos ir.

    28. El Paroh le dijo: “¡Vete de mi presencia! Ten cuidado de que no me vuelvas a ver, porque en el momento en que me veas la cara morirás”.

    29. Y Mosheh respondió: “Usted lo ha dicho bien. ¡No volveré a verle la cara!”