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    Hechos 23 - Versión Israelita Nazarena 2011

    1. Entonces Shaúl, mirando fijamente a los del Sanhedrín, dijo: “Hermanos, yo he vivido delante de Elohim con una buena conciencia hasta el día de hoy”.

    2. Y el sumo sacerdote Jananyah mandó a los que estaban a su lado, que lo golpearan en la boca.

    3. Entonces Shaúl dijo: “Elohim te va a golpear a ti, pared blanqueada. Tú estás sentado para juzgarme conforme a la Torah; y quebrantando la Torah, ¿mandas que me golpeen?”

    4. Los que estaban presentes le dijeron: “¿Insultas tú al sumo sacerdote de Elohim?”

    5. Y Shaúl dijo: “No sabía, hermanos, que fuera el sumo sacerdote; pues está escrito: ‘No maldecirás al gobernante de tu pueblo’.

    6. Entonces Shaúl, sabiendo que una parte del Sanhedrín eran saduceos y la otra parte fariseos, gritó en el Sanhedrín: “Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos. Es por la esperanza y la resurrección de los muertos que se me juzga”.

    7. Cuando dijo esto, se produjo disensión entre los fariseos y los saduceos. La asamblea se dividió,

    8. porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni mensajeros, ni espíritus; pero los fariseos afirman todas estas cosas.

    9. Se levantó un gran vocerío, y algunos de los escribas del partido de los fariseos se levantaron y contendían diciendo: “No hallamos ningún mal en este hombre. ¿Y qué hay si un espíritu o un mensajero le ha hablado?”

    10. Como hubo grande disensión, el tribuno, temiendo que despedazaran a Shaúl, mandó a los soldados que bajaran para arrebatarlo de en medio de ellos y llevarlo a la fortaleza.

    11. A la noche siguiente se le presentó el Maestro y le dijo: “Sé valiente, Shaúl, pues así como has testificado de mí en Yerushaláyim, así es necesario que testifiques también en Roma”.

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    12. Cuando llegó el día, los yahuditas tramaron una conspiración y se juraron bajo maldición, diciendo que no comerían ni beberían hasta que le hubieran dado muerte a Shaúl.

    13. Eran más de cuarenta los que habían hecho esta conjuración.

    14. Ellos fueron a los principales sacerdotes y a los ancianos, y les dijeron: “Nosotros hemos jurado bajo maldición, que no comeremos nada hasta que le hayamos dado muerte a Shaúl.

    15. Ahora, pues, ustedes con el Sanhedrín solicítenle al tribuno que lo haga comparecer mañana ante ustedes, como si tuvieran que investigar su caso con más exactitud. Pero nosotros estaremos preparados para matarlo antes que él llegue”.

    16. Pero el hijo de la hermana de Shaúl se enteró de la emboscada, y fue y entró en la fortaleza y se lo informó a Shaúl.

    17. Shaúl llamó a uno de los centuriones y le dijo: “Lleva a este joven donde el tribuno, porque tiene algo que comunicarle”.

    18. Entonces él se lo llevó al tribuno y le dijo: “El preso Shaúl me llamó y me rogó que trajera a este joven donde ti, porque tiene algo que decirte”.

    19. El tribuno lo tomó de la mano, y llevándolo aparte le preguntó en privado: “¿Qué es lo que tienes que decirme?”

    20. Y él dijo: “Los yahuditas han acordado rogarle a usted que mañana saque a Shaúl al Sanhedrín, como si fueran a indagar algo más exacto acerca de él.

    21. Pues usted, no les crea, porque más de cuarenta hombres de ellos le están preparando una emboscada. Se han jurado bajo maldición que no comerán ni beberán hasta que lo hayan asesinado. Ahora están listos, esperando una promesa de parte de usted”.

    22. Luego el tribuno despidió al joven encargándole: “No le digas a nadie que me has informado de esto”.

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    23. Entonces el tribuno llamó a dos de los centuriones y dijo: “Para la tercera hora de la noche, preparen 200 soldados, más setenta de caballería y 200 lanceros para que vayan a Cesarea”.

    24. A la vez, ordenó que proveyeran cabalgaduras para que Shaúl montara, y que lo llevaran a salvo donde el procurador Félix.

    25. También escribió una carta en estos términos:

    26. “Claudio Lisias, al excelentísimo procurador Félix. Saludos.

    27. Cuando los yahuditas apresaron a este hombre y estaban a punto de matarlo, yo lo rescaté acudiendo con la tropa, pues me enteré de que era romano.

    28. Queriendo saber el delito por el cual lo acusaban, lo hice bajar al Sanhedrín de ellos.

    29. Hallé que lo acusaban de cuestiones de la Torah de ellos, pero sin ninguna acusación de crimen digno de muerte o de prisión.

    30. Pero como se me informó que habría una emboscada contra el hombre, inmediatamente lo envié donde ti y les he informado también a sus acusadores que declaren delante de ti lo que tienen contra él”.

    31. Por lo tanto, de acuerdo con las órdenes que habían recibido, los soldados tomaron a Shaúl y lo llevaron de noche a Antípatris.

    32. Y al día siguiente, dejando que la caballería siguiera con él, regresaron a la fortaleza.

    33. Después de llegar a Cesarea y entregarle la carta al procurador, presentaron también a Shaúl delante de él.

    34. El procurador leyó la carta y le preguntó de qué provincia era. Al enterarse de que era de Cilicia, dijo:

    35. “Oiré tu causa cuando vengan tus acusadores”. Y mandó que lo guardaran en el Pretorio de Horedós.