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miércoles, julio 17, 2024
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    Job 3 - Versión Israelita Nazarena 2011

    Job maldice el día en que nació

    1. Más tarde, Iyov empezó a hablar y a maldecir el día de su nacimiento.

    2. Iyov habló y dijo:

    3. Perezca el día en que nací, y la noche en que se anunció: “¡Se ha concebido un varón!”

    4. Que ese día se vuelva tinieblas;

    5. que la oscuridad y la lobreguez lo reclamen; que lo cubra una sombra; que lo que oscurece el día lo aterrorice.

    6. Que la oscuridad se lleve esa noche; que no se cuente entre los días del año; que no aparezca en ninguno de sus meses;

    7. que sea desolada esa noche; que no se oiga sonido de gozo en ella;

    8. que los que le echan hechizos al día la condenen, los que están preparados para incapacitar al Livyatán;

    9. que sus estrellas del crepúsculo se queden oscuras; que espere luz y no le venga ninguna; que no vea los destellos de la aurora

    10. –porque no bloqueó el vientre de mi madre para esconder de mis ojos los problemas.

    11. ¿Por qué no morí al nacer, o expiré cuando salía del vientre?

    12. ¿Por qué hubo rodillas para recibirme, o pechos para yo mamar?

    13. Porque ahora estaría yaciendo en reposo, dormido y descansando,

    14. con los reyes y consejeros del mundo que se reedifican ruinas,

    15. o con nobles que poseen oro y que llenan sus casas de plata.

    16. ¿O por qué no fui como un abortivo sepultado, como bebés que nunca vieron la luz?

    17. Allá los malvados dejan de dar problemas; allá descansan los que gastan sus fuerzas.

    18. Los prisioneros están completamente en reposo; no oyen la voz del capataz.

    19. Pequeños y grandes por igual están allá, y el esclavo está libre de su amo.

    20. ¿Por qué él le da luz al que sufre y vida al amargado de espíritu;

    21. a los que esperan la muerte y no le viene, que la buscan más que a un tesoro,

    22. que se gozan en extremo, y se alegran de llegar al sepulcro;

    23. al hombre que ha perdido su camino, a quien Elohim ha acorralado?

    24. Mi gemido me sirve de comida; mi quejido se derrama como agua.

    25. Porque lo que temía me ha sobrevenido; lo que me aterraba ha venido sobre mí.

    26. No tenía reposo, ni tranquilidad, ni descanso, y vino el problema.