29.3 C
Miami
sábado, agosto 17, 2024
Más


    Job 32 - Versión Israelita Nazarena 2011

    Eliú justifica su derecho de contestar a Job

    1. Estos tres hombres cesaron de responder a Iyov, porque él era justo para sí mismo.

    2. Entonces se llenó de ira contra Iyov Elihú hijo de Beraqel el buzita, de la familia de Ram –se llenó de ira contra Iyov porque se justificaba más a sí mismo que a Elohim.

    3. Se llenó de ira también contra los tres amigos, porque no hallaban qué responder, sino simplemente condenaban a Elohim.

    4. Elihú había esperado para hablarle a Iyov, porque ellos eran mayores que él.

    5. Pero al ver Elihú que aquellos tres hombres no tenían nada que responder, se llenó de ira.

    6. Entonces intervino Elihú hijo de Beraqel el buzita y dijo: Yo sólo tengo pocos años, y ustedes son ancianos; por eso tuve miedo y temí declararles mi opinión.

    7. Pensé: “Que hable la edad; que los años avanzados declaren cosas sabias”.

    8. Pero en verdad es el espíritu en el hombre, el soplo de Shaday, lo que le da entendimiento.

    9. No son los mayores los sabios, ni los viejos los que entienden cómo juzgar.

    10. Por eso digo: Escúchenme, yo también expresaré mi parecer.

    11. Aquí he esperado sus discursos; he escuchado sus discernimientos, mientras rebuscaban qué decir.

    12. Pero mientras les prestaba atención, vi que ninguno de ustedes podía argumentar con Iyov, ni responder a sus afirmaciones.

    13. Temo que ustedes dirán: “Hemos hallado la sabiduría; Elohim lo refutará, no el hombre”.

    14. Él no dirigió su reclamo contra mí, ni yo usaré los razonamientos de ustedes para responderle.

    15. Se desconcertaron y ya no pueden responder; les fallaron las palabras.

    16. He esperado hasta que ellos dejaran de hablar, hasta que terminaran y dejaran de responder.

    17. Ahora yo también tendré mi parte; yo también quiero expresar mi parecer.

    18. Porque estoy lleno de palabras; me impulsa una inspiración en mi interior.

    19. Mi pecho es como vino sin respiradero, como odres nuevos listos para reventar.

    20. Déjenme hablar, pues, y desahogarme; déjenme abrir los labios y responder.

    21. Yo no haré distinción de personas, ni atemperaré mi habla por causa de nadie.

    22. Porque nunca he sabido atemperar mi habla – ¡mi Hacedor me llevaría en breve!