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sábado, agosto 17, 2024
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    Job 39 - Versión Israelita Nazarena 2011

    1. ¿Conoces tú el tiempo en que paren las cabras monteses? ¿Puedes determinar el tiempo cuando paren las gacelas?

    2. ¿Puedes contar los meses que tienen que cumplir? ¿Conoces el tiempo cuando deben de parir,

    3. cuando se encorvan para expulsar sus crías, para parir sus cachorros?

    4. Sus hijos se fortalecen y crecen en campo abierto; luego se van y no vuelven más a ellas.

    5. ¿Quién deja libre al asno montés? ¿Quién suelta las ataduras del onagro?

    6. Yo puse el Arabáh como su casa, y las tierras saladas como su morada.

    7. Se burla del bullicio de la ciudad; no escucha los gritos del arriero.

    8. Explora los montes tras su pasto, y busca todo lo que es verde.

    9. ¿Consentirá en servirte el toro salvaje? ¡Pasará la noche en tu pesebre?

    10. ¿Puedes atar al toro salvaje con coyundas para el surco? ¿Arará los valles tras de ti?

    11. ¿Confiarías en su gran fuerza y le dejarías a él tu labor?

    12. ¿Confiarías en él para que te traiga el grano y lo recoja de tu era?

    13. Las alas del avestruz se agitan alegremente, ¿pero son sus alas y su plumaje como los de la cigüeña?

    14. Porque ella abandona sus huevos en la tierra, y sobre el polvo los deja calentarse.

    15. Y se olvida de que un pie los puede aplastar o que los animales del campo los pueden pisotear.

    16. Abandona cruelmente a sus hijos, como si no fueran suyos; su trabajo es en vano porque no se ocupa.

    17. Es que Elohim la privó de sabiduría, no le repartió inteligencia.

    18. De otro modo se elevaría muy alto, burlándose del caballo y del jinete.

    19. ¿Le diste su fuerza al caballo? ¿Engalanaste de crines su cuello?

    20. ¿Lo haces brincar como una langosta, [esparciendo] el terror con el resoplido de su nariz.

    21. Patea con fuerza, corre con vigor; sale a la batalla.

    22. Se burla del miedo; no se espanta; no vuelve atrás ante la espada.

    23. Una andanada de flechas le pasan silbando, la hoja de la lanza y la jabalina.

    24. Con estrépito y furor devora la distancia; no se echa a un lado al toque de la corneta.

    25. Relincha cada vez que suena la corneta, y desde lejos olfatea la batalla, la voz tronadora de los oficiales y el grito de guerra.

    26. ¿Es por tu sabiduría que el halcón echa plumas, y extiende sus alas hacia el sur?

    27. ¿Es por tu mandato que el águila se eleva y pone en lo alto su nido,

    28. habita en las peñas, y pernocta en la cumbre de la peña inaccesible?

    29. Desde allí acecha a su presa; sus ojos la observan de muy lejos.

    30. Luego sus polluelos se tragan la sangre; donde haya cadáveres, allí estará ella.