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    Juan 18 - Versión Israelita Nazarena 2011

    Arresto de Jesús

    1. Después de decir estas cosas, Yahoshúa salió con sus discípulos para el otro lado del arroyo de Kidrón, donde había un huerto; allí entró con sus discípulos.

    2. También Yahudah, el que lo entregaba, conocía aquel lugar, porque Yahoshúa solía reunirse allí con sus discípulos.

    3. Entonces Yahudah, tomando una compañía de soldados romanos y guardias de los principales sacerdotes y de los fariseos, fue allí con antorchas, lámparas y armas.

    4. Pero Yahoshúa, sabiendo todas las cosas que le iban a suceder, se adelantó y les dijo: “¿A quién buscan?”

    5. Le contestaron: “A Yahoshúa el Natsereno”. Yahoshúa les dijo: “Soy yo”. Estaba también con ellos Yahudah, el que lo entregaba.

    6. Cuando les dijo: “Soy yo”, retrocedieron y cayeron al suelo.

    7. Y él les preguntó de nuevo: “¿A quién buscan?” Ellos dijeron: “A Yahoshúa el Natsereno”.

    8. Yahoshúa respondió: “Les dije que soy yo. Pues si me buscan a mí, dejen ir a éstos”.

    9. Hizo esto para que se cumpliera la palabra que él dijo: “De los que me diste, ninguno de ellos perdí”.

    10. Entonces Shimón Kefá, que tenía una espada, la sacó, e hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole la oreja derecha. El siervo se llamaba Malco.

    11. Entonces Yahoshúa le dijo a Kefá: “Mete tu espada en la vaina. Esta es la copa que me ha dado el Padre, ¿y no la habré de beber?”

    Jesús ante el sumo sacerdote

    12. Entonces la compañía de soldados, el comandante y los guardias de los yahuditas apresaron a Yahoshúa y lo ataron.

    13. Luego lo llevaron primero ante Janán, porque era el suegro de Kayafá, el sumo sacerdote de aquel año.

    14. Kayafá era el que había dicho a los yahuditas que convenía que un hombre muriera por el pueblo.

    Pedro en el patio de Anás

    15. Shimón Kefá y otro discípulo seguían a Yahoshúa. Este discípulo era conocido del sumo sacerdote y entró con Yahoshúa al patio del sumo sacerdote;

    16. pero Kefá se quedó fuera, a la puerta. Y salió el otro discípulo que era conocido del sumo sacerdote, le habló a la portera y llevó a Kefá adentro.

    17. Entonces la criada portera le dijo a Kefá: “¿Tú no serás también de los discípulos de ese hombre?” Él dijo: “No lo soy”.

    18. Y los siervos y los guardias estaban de pie, pues habían encendido unas brasas porque hacía frío; y estaban calentándose. Kefá también estaba de pie con ellos, calentándose.

    Anás interroga a Jesús

    19. El sumo sacerdote le preguntó a Yahoshúa acerca de sus discípulos y de su enseñanza.

    20. Yahoshúa le respondió: “Yo he hablado abiertamente al mundo. Siempre he enseñado en la sinagoga y en el Templo, donde se reúnen todos los yahuditas. No he hablado nada en secreto.

    21. ¿Por qué me preguntas a mí? Pregúntales a los que han oído lo que yo les he hablado. Mira, ellos saben lo que dije”.

    22. Cuando dijo esto, uno de los guardias que estaba allí le dio una bofetada a Yahoshúa, diciéndole: “¿Así le respondes al sumo sacerdote?”

    23. Yahoshúa le contestó: “Si he dicho algo malo, testifica en qué consiste lo malo; pero si está bien, ¿por qué me golpeas?”

    24. Entonces Janán lo envió atado donde Kayafá, el sumo sacerdote.

    Pedro niega a Jesús

    25. En eso estaba Kefá de pie calentándose, y le dijeron: “¿Tú no serás también de sus discípulos?” Él lo negó y dijo: “No lo soy”.

    26. Uno de los siervos del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Kefá le había cortado la oreja, le dijo: “¿No te vi yo en el huerto con él?”

    27. Kefá lo negó otra vez, y en seguida cantó el gallo.

    Jesús ante Pilato

    28. Llevaron a Yahoshúa de [la casa de] Kayafá al Pretorio, y estaba amaneciendo. Pero ellos no entraron al Pretorio para no contaminarse y así poder comer el Pésaj.

    29. Por eso Pilato salió afuera donde ellos y preguntó: “¿Qué acusación traen contra este hombre?”

    30. Le respondieron: “Si éste no fuera un malhechor, no te lo habríamos entregado”.

    31. Entonces Pilato les dijo: “Llévenselo ustedes y júzguenlo según su ley”. Los [dirigentes] yahuditas le dijeron: “A nosotros no se nos permite darle muerte a nadie”.

    32. Así sucedió para que se cumpliera la palabra que había dicho Yahoshúa, indicando qué clase de muerte iba a sufrir.

    33. Entonces Pilato entró otra vez al Pretorio, llamó a Yahoshúa y le preguntó: “¿Eres tú el rey de los yahuditas?”

    34. Yahoshúa le respondió: “¿Preguntas eso por ti mismo, o porque otros te lo han dicho de mí?”

    35. Pilato respondió: “¿Acaso yo soy yahudita? Tu propia nación y los principales sacerdotes te entregaron a mí. ¿Qué has hecho?”

    36. Yahoshúa contestó: “Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que no me entregaran a los [dirigentes] yahuditas. Pero es que mi reino no es de aquí”.

    37. Entonces Pilato le dijo: “¿Así que tú eres rey?” Yahoshúa respondió: “Tú lo dices, soy rey. Para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad oye mi voz”.

    38. Pilato le preguntó: “¿Qué es la verdad? Después de preguntar esto, salió de nuevo a donde los yahuditas y les dijo: “Yo no hallo ningún delito en él”.

    39. Pero ustedes están acostumbrados a que les suelte un preso en el Pésaj. ¿Quieren que les suelte al rey de los yahuditas?”

    40. Entonces todos gritaron de nuevo: “¡A ese no, sino a Bar-Aba!” Y Bar-Aba era un asaltante.