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domingo, agosto 18, 2024
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    Levítico 17 - Versión Israelita Nazarena 2011

    El santuario único

    1. Yahweh le habló a Mosheh diciendo:

    2. Habla a Aharón y a sus hijos y a todo el pueblo yisraelita y diles: Esto es lo que ha mandado Yahweh:

    3. si alguien de la casa de Yisrael sacrifica un buey o una oveja o una cabra en el campamento, o fuera del campamento,

    4. y no lo trae a la entrada de la Carpa de Reunión para presentarlo como ofrenda a Yahweh, delante del Tabernáculo de Yahweh, se le imputará culpa de sangre al tal hombre: ha derramado sangre; ese hombre será cortado de entre su pueblo.

    5. Esto es para que los yisraelitas traigan los sacrificios que han estado haciendo al descubierto –para que los traigan delante de Yahweh, al sacerdote, a la entrada de la Carpa de Reunión, y los ofrezcan como sacrificios de bienestar a Yahweh;

    6. para que el sacerdote rocíe la sangre sobre el altar de Yahweh a la entrada de la Carpa de Reunión, y convierta en humo la grasa como olor grato a Yahweh;

    7. y para que no sigan ofreciendo sus sacrificios a los demonios cabríos tras los cuales se extravían. Esta será para ellos una ley perpetua, a través de los siglos.

    8. Diles además: Si alguien de la casa de Yisrael o de los extranjeros que residen entre ellos presenta una ofrenda quemada o un sacrificio,

    9. y no lo trae a la entrada de la Carpa de Reunión para ofrecerlo a Yahweh, esa persona será cortada de su pueblo.

    Prohibición de comer la sangre

    10. Y si alguno de la casa de Yisrael o de los extranjeros que residen entre ellos ingiere sangre alguna, pondré mi rostro contra la tal persona que ingiere la sangre, y lo cortaré de entre su pueblo.

    11. Porque la vida de la carne está en la sangre, y yo se la he asignado a ustedes para hacer expiación por sus vidas sobre el altar; es la sangre, como vida, la que realiza la expiación.

    12. Por eso le digo al pueblo yisraelita: Ninguna persona entre ustedes debe ingerir sangre, ni el extranjero que reside entre ustedes debe ingerir sangre.

    13. Y si algún yisraelita o algún extranjero que reside entre ustedes caza un animal o un ave que se puede comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra.

    14. Porque es la vida de toda carne –su sangre es su vida. Por eso le digo al pueblo yisraelita: Ustedes no deben ingerir la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre. Cualquiera que la ingiera será cortado.

    15. Cualquier persona, sea ciudadano o extranjero, que coma lo que ha muerto o ha sido destrozado por las bestias lavará sus ropas, se bañará en agua, y quedará impuro hasta la tarde; entonces será limpio.

    16. Pero si no lava [sus ropas] y baña su cuerpo, llevará su culpa.