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    Mateo 3 - Versión Israelita Nazarena 2011

    Predicación de Juan el Bautista

    1. En aquellos días apareció Yojanán el Inmersor proclamando en el desierto de Yahudah

    2. y diciendo: “Arrepiéntanse, porque se ha acercado el reino del Cielo”.

    3. Éste es aquel de quien se dijo por medio del profeta Yeshayah: Voz de uno que clama en el desierto: “Preparen el camino de Yahweh; enderecen sus senderos”.

    4. Yojanán estaba vestido de pelo de camello, con un cinturón de cuero a la cintura; su comida consistía de langostas y miel silvestre.

    5. Entonces venían donde él gente de Yerushaláyim y de toda Yahudah y de toda la región del Yardén,

    6. y él los sumergía en el río Yardén cuando confesaban sus pecados.

    7. Pero cuando Yojanán vio que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a recibir su inmersión, les decía: “¡Generación de víboras! ¿Quién les enseñó a huir de la ira venidera?

    8. Produzcan frutos que demuestren su arrepentimiento;

    9. y no piensen decir dentro de ustedes: ‘Tenemos a Avraham por padre’. Porque yo les digo que aun de estas piedras puede Yahweh levantarle hijos a Avraham.

    10. El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles: todo árbol que no dé buen fruto lo cortan y lo echan al fuego.

    11. Yo, en verdad, los sumerjo en agua por su arrepentimiento; pero el que viene después de mí, cuyo calzado no soy digno de llevar, es más poderoso que yo. Él los sumergirá en espíritu de santidad* y fuego.

    12. Tiene su aventador en la mano, y limpiará su era; recogerá su trigo en el granero y quemará la paja en el fuego inextinguible”.

    El bautismo de Jesús

    13. En aquel tiempo Yahoshúa vino del Galil al Yardén, donde estaba Yojanán, para que él lo sumergiera.

    14. Pero Yojanán trataba de impedírselo diciendo: “Yo necesito que tú me sumerjas, ¿y tú vienes a mí?”

    15. Pero Yahoshúa le respondió: “Permítelo por ahora, porque conviene que cumplamos con todo lo que se requiere”. Entonces se lo permitió.

    16. Después de sumergirse, Yahoshúa subió en seguida del agua; entonces el cielo se le abrieron, y vio el espíritu de Yahweh que bajaba como una paloma y venía sobre él.

    17. Y se oyó una voz del cielo que decía: “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco”.