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    Romanos 7 - Versión Israelita Nazarena 2011

    Analogía tomada del matrimonio

    1. Hermanos, ustedes que conocen la Torah, ¿no saben que la ley tiene dominio sobre el hombre mientras éste vive?

    2. Por ejemplo, la mujer casada está ligada por ley a su esposo mientras éste vive; pero si su esposo muere, ella queda libre del compromiso legal del esposo.

    3. Por lo tanto, si ella se une con otro hombre mientras vive su esposo, se la declara adúltera. Pero si su esposo muere, ella queda libre de ese compromiso legal; y si se une con otro esposo, no es adúltera.

    4. De manera semejante, hermanos míos, ustedes también han muerto para efectos de la ley en el cuerpo del Mashíaj, para que ahora se unan a otro, al que resucitó de entre los muertos, a fin de que produzcan fruto para Elohim.

    5. Porque mientras estábamos sujetos al instinto carnal, las pasiones pecaminosas condenadas por la ley actuaban en nuestro cuerpo, haciéndonos producir un fruto que lleva a la muerte.

    6. Pero ahora que hemos muerto para efectos de esa ley que nos culpaba, quedamos libres de [la condena de] la ley, de manera que ahora servimos con un espíritu nuevo, libres de la cuenta vieja.

    El pecado que mora en mí

    7. ¿Qué diremos entonces? ¿Que la ley es pecado? ¡De ninguna manera! Al contrario, yo no supiera lo que es pecado si no fuera por la Torah; pues no estaría consciente de la codicia, si la Torah no dijera: ‘No codiciarás’.

    8. Pero el pecado, que viene a ser algo consciente mediante el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto.

    9. Así que yo, cuando no tenía ley, estaba vivo; pero cuando vino el mandamiento, el pecado cobró vida y yo morí.

    10. Y descubrí que el mismo mandamiento que era para vida me resultó en muerte;

    11. porque el pecado, viniendo a ser algo consciente para mí por el mandamiento, me engañó; y por medio de él, me mató.

    12. De manera que la ley ciertamente es santa; y el mandamiento es santo, justo y bueno.

    13. Entonces, ¿eso que es bueno llegó a ser muerte para mí? ¡De ninguna manera! Es que el pecado aparece como pecado porque utiliza algo que es bueno para producirme la muerte; de esta manera, gracias al mandamiento, se hace patente la pecaminosidad del pecado.

    14. Porque sabemos que la Torah es espiritual; pero yo soy carnal, vendido a la sujeción del pecado.

    15. No me explico mi conducta: pues no practico lo que quiero, sino que lo que aborrezco, eso es lo que hago.

    16. Ahora, si lo que no quiero hacer es lo que hago, estoy de acuerdo en que la ley es buena.

    17. Pero entonces ya no soy yo el que actúa así, sino el pecado que mora en mí.

    18. Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza carnal, el bien no es permanente. Porque hay en mí el deseo de hacer el bien, pero no alcanzo a realizarlo.

    19. No hago el bien que quiero hacer; en cambio, el mal que no quiero hacer, eso es lo que hago.

    20. Ahora, si lo que no quiero hacer es lo que hago, ya no soy yo quien actúa así sino el pecado que mora en mí.

    21. Así que cuando quiero hacer el bien me encuentro con la realidad de que el mal está presente en mí.

    22. En mi ser interior, me deleito en la Torah de Yahweh;

    23. pero en mi cuerpo percibo un principio diferente que combate contra la inclinación de mi mente y que me hace prisionero de ese principio de pecado que hay en mi cuerpo.

    24. ¡Desgraciado de mí! ¿Quién me librará de esta realidad que me lleva a la muerte?

    25. ¡Gracias a Elohim que cuento con Yahoshúa el Mashíaj, nuestro Maestro! Así que yo mismo con la mente le sirvo a la Torah de Yahweh; aunque mi cuerpo esté sujeto al principio del pecado.