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jueves, julio 18, 2024
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    Lucas 15 - Martin Nieto

    Parábola de la oveja perdida

    1. Los publicanos y los pecadores se acercaban para oírlo.

    2. Y los fariseos y los maestros de la ley lo criticaban: "Éste acoge a los pecadores y come con ellos".

    3. Entonces les propuso esta parábola:

    4. "¿Quién de vosotros, si tiene cien ovejas y se le pierde una, no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la perdida hasta que la encuentra?

    5. Cuando la encuentra, se la echa sobre sus hombros lleno de alegría,

    6. y, al llegar a casa, llama a los amigos y vecinos y les dice: ¡Alegraos conmigo, porque he encontrado mi oveja perdida!

    7. Pues bien, os digo que habrá más alegría en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse".

    Parábola de la moneda perdida

    8. "O ¿qué mujer que tenga diez monedas, si pierde una, no enciende una luz y barre la casa y la busca cuidadosamente hasta encontrarla?

    9. Y cuando la encuentra, llama a sus amigas y vecinas y les dice: Alegraos conmigo, porque he encontrado la moneda que había perdido.

    10. Os digo que así se alegrarán los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente".

    Parábola del hijo pródigo

    11. Y continuó: "Un hombre tenía dos hijos.

    12. Y el menor dijo a su padre: Padre, dame la parte de la herencia que me corresponde. Y el padre les repartió la herencia.

    13. A los pocos días el hijo menor reunió todo lo suyo, se fue a un país lejano y allí gastó toda su fortuna llevando una mala vida.

    14. Cuando se lo había gastado todo, sobrevino una gran hambre en aquella comarca y comenzó a padecer necesidad.

    15. Se fue a servir a casa de un hombre del país, que le mandó a sus tierras a guardar cerdos.

    16. Tenía ganas de llenar su estómago con las algarrobas que comían los cerdos, y nadie se las daba.

    17. Entonces, reflexionando, dijo: ¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan de sobra, y yo aquí me muero de hambre!

    18. Volveré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.

    19. Ya no soy digno de llamarme hijo tuyo: tenme como a uno de tus jornaleros.

    20. Se puso en camino y fue a casa de su padre. Cuando aún estaba lejos, su padre lo vio y, conmovido, fue corriendo, se echó al cuello de su hijo y lo cubrió de besos.

    21. El hijo comenzó a decir: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de llamarme hijo tuyo.

    22. Pero el padre dijo a sus criados: Sacad inmediatamente el traje mejor y ponédselo; poned un anillo en su mano y sandalias en sus pies.

    23. Traed el ternero cebado, matadlo y celebremos un banquete,

    24. porque este hijo mío había muerto y ha vuelto a la vida, se había perdido y ha sido encontrado. Y se pusieron todos a festejarlo.

    25. El hijo mayor estaba en el campo y, al volver y acercarse a la casa, oyó la música y los bailes.

    26. Llamó a uno de los criados y le preguntó qué significaba aquello.

    27. Y éste le contestó: Que ha vuelto tu hermano, y tu padre ha matado el ternero cebado porque lo ha recobrado sano.

    28. Él se enfadó y no quiso entrar. Su padre salió y se puso a convencerlo.

    29. Él contestó a su padre: Hace ya tantos años que te sirvo sin desobedecer jamás tus órdenes, y nunca me has dado ni un cabrito para celebrar una fiesta con mis amigos.

    30. ¡Ahora llega ese hijo tuyo, que se ha gastado toda su fortuna con malas mujeres, y tú le matas el ternero cebado!

    31. El padre le respondió: ¡Hijo mío, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo!

    32. En cambio, tu hermano, que estaba muerto, ha vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado. Convenía celebrar una fiesta y alegrarse".