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jueves, julio 18, 2024
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    Proverbios 31 - Martin Nieto

    Exhortación a un rey

    1. Palabras de Lemuel, rey de Masá, que su madre le enseñó:

    2. ¡Qué, hijo mío! ¿Qué, Lemuel, mi primogénito, he de decirte? ¿Qué, hijo de mis entrañas? ¿Qué, hijo de mis promesas?

    3. No des tu vigor a las mujeres, ni tus flancos a las que corrompen a los reyes.

    4. No está bien a los reyes, ¡oh Lemuel!, no está bien a los reyes beber vino, ni a los príncipes amar los licores.

    5. No sea que, bebiendo, olviden las leyes y alteren el derecho de todos los afligidos.

    6. Dad los licores al que va a perecer, el vino al corazón lleno de amargura.

    7. Que él beba y olvide su miseria y que no se acuerde más de sus penas.

    8. Abre tu boca en favor del mudo, por la causa de todos los desventurados.

    9. Abre tu boca, pronuncia justas sentencias y haz justicia al desventurado y al pobre.

    Elogio de la mujer virtuosa

    10. Una mujer perfecta, ¿quién la encontrará? Vale mucho más que las perlas.

    11. Confía en ella el corazón de su marido y no cesa de tener ganancia.

    12. Ella le procura el bien y nunca el mal todos los días de su vida.

    13. Busca lana y lino, y trabaja con su mano solícita.

    14. Es como una nave mercante que de lejano trae sus víveres.

    15. Se levanta cuando todavía es de noche, distribuye la comida a su casa y las tareas a sus criadas.

    16. Desea un campo y lo compra, con el fruto de sus manos planta una viña.

    17. Ciñe sus lomos de fortaleza y emplea la fuerza de sus brazos.

    18. Constata que su industria prospera, su lámpara no se apaga por la noche.

    19. Echa mano a la rueca y sus dedos giran el huso.

    20. Tiende su brazo al desgraciado y alarga la mano al indigente.

    21. No teme la nieve para su casa, porque toda su familia lleva doble vestido.

    22. Ella se hace cobertores, lino fino y púrpura la visten.

    23. En las puertas de la ciudad su marido es estimado, cuando se sienta con los ancianos del país.

    24. Teje telas de lino y las vende, y procura cinturones a los mercaderes.

    25. Se reviste de fortaleza y de gracia, y mira gozosa el porvenir.

    26. Abre su boca con sabiduría, y en su lengua hay una doctrina de bondad.

    27. Vigila la marcha de su casa, y no come el pan de la ociosidad.

    28. Sus hijos se levantan para proclamarla dichosa, su marido para hacer su elogio:

    29. "Muchas hijas se han mostrado virtuosas, pero tú superas a todas".

    30. Engañosa es la gracia, vana la belleza; la mujer que teme al Señor, ésa debe ser alabada.

    31. Dadle del fruto de sus manos y que en las puertas de la ciudad sus obras proclamen su alabanza.